Por Eduardo Marcos
Hoy 6 de junio se cumple exactamente diez años de la que es considerada por muchos como la final más espectacular, dramática y emotiva en la historia de los torneos cortos que ha ocurrido en el futbol mexicano de primera división. Sí recuerdo muy bien ese gran choque que protagonizaron los Diablos Rojos del Toluca y los Zorros del Atlas, la cual se definió hasta en muerte súbita después de un espectacular empate a cinco goles por bando. Por eso, el día de hoy haré una breve remembranza cronológica y descriptiva de lo que aprecié en ese entonces como un espectador a través de la televisión. Ambos clubes fueron los mejores en la tabla general del Verano ´99 y que hicieron valer los pronósticos para llegar a la final y disputar el título de Liga, pero aunque tuvieron que enfrentar ciertas adversidades durante su camino en la Liguilla.
Toluca concluyó como el Superlíder con 32 puntos y Atlas un menos (31). A lo largo de las 17 fechas, ambos cuadros demostraron un futbol solvente, alegre y efectivo. Parece que los mexiquenses perdieron un duelo, pero hicieron de su cancha su verdadero infierno pues ganaron los nueve duelos que disputaron como tal; mientras que los “Académicos” perdieron dos, el segundo en la última fecha como cortesía pues decidieron darles descanso a sus titulares. Resultaba en ese entonces comprender, que los Zorros hayan concluido como sublíderes, pues al principio de la temporada pocos apostaban por ellos, ya que en su plantel prevalecían muchos elementos canteranos y jóvenes, y que no hubo refuerzos de renombre. En algunos juegos no contaron con elementos juveniles que se concentraron con la selección sub-20 previo y durante el Mundial de Nigeria ´99, como Rafael Márquez, Juan Pablo Rodríguez o Mario Méndez. Solo contaban con jugadores ya experimentados como los argentinos como Pablo Lavallén, Jorge Almirón y Hugo “Misionero” Castillo como los más destacados. Eran guiados por el controvertido técnico argentino Ricardo Antonio Lavolpe, que pese a su mal carácter, les sacó grandes utilidades a los jóvenes canteranos.
Por su parte, Toluca contaba con jugadores ya experimentados y con un plantel base que venía trabajando desde enero de 1998 cuando también alcanzaron el título de Liga en el Verano ´98 y que varios de estos pasaban por el mejor momento en su carrera futbolera. En primer lugar estará en la mente de todos el explosivo delantero paraguayo, José Saturnino Cardozo quien en esa temporada había alcanzado su segundo título de goleo individual; el atacante nacional José Manuel Abundis que se quedó atrás por un solo gol de su coequipero; el defensa Alberto Macías, así como los mediocampistas Víctor Ruiz (mexicano) y Fabián Estay (chileno). Estos y otros más, bajo la dirección la dirección del nacional Enrique “Ojitos” Meza. De principio a fin, fueron candidatos naturales al título. De hecho, mantuvieron una racha de 27 juegos sin perder en calendario regular que se contó entre el Invierno ´98 y el mencionado Verano ´99.
En la Liguilla, Toluca se llevó un susto en cuartos de final al eliminar al entonces campeón Necaxa. En la ida celebrada en el Azteca, ganaron contundentemente 3-1, lo que parecía ya resuelta la eliminatoria. Sin embargo, en la vuelta llegaron a perder 0-2 en el segundo tiempo lo que significaba un empate global y que eso les daba el derecho de continuar por su mejor posición en la tabla general, pero caería 1-2 por obra de Cardozo lo que evitó una tragedia choricera. Atlas también sufrió pues avanzó a semifinales por esa condición de la mejor posición que el entonces Atlético Morelia; 1-1 había terminado la ida en el Morelos y 1-1 también en el Jalisco. De hecho, en la vuelta los tapatíos lograron empatar a tres minutos del final, lo que hubiese sido la gran sorpresa de la Liguilla.
Ya en semifinales, Toluca enfrentó a un aguerrido y motivado Santos Laguna, que con mucho heroísmo había eliminado al América con un global de 3-2. El duelo de ida terminó empatado en el Corona, pero los mexiquenses ganaron en la vuelta con un 2-1 (3-2, global) pese a un gol tempranero santista Pared Borgetti que otra vez puso en susto a la afición de los Diablos. Atlas le recetó un “jarabe tapatío” al Cruz Azul con un 4-0 en la ida disputada en el Azul; la vuelta fue de tramite, 2-0 (6-0 global) para los Atlistas. Recuerdo bien que en la ida, el entonces juvenil César Andrade había marcado un soberbio gol desde fuera del área grande venciendo al portero Oscar “Conejo” Pérez.
La final quedaba lista, se enfrentarían los dos mejores del calendario regular. Para muchos, era la revancha express del Toluca, quien en la Liguilla del torneo anterior fue eliminado de manera sorpresiva por el Atlas, en cuartos de final. Previamente en el calendario regular del Verano ´99, ofrecieron un magnifico encuentro en la Perla de Occidente que concluyó empatado a tres goles por bando. Esta era la segunda final para los rojos en Liguillas con la intención de levantar su quinto título de Liga en el futbol mexicano, y para los Zorros la primera y con la esperanza de acabar con un ayuno campeonil de casi medio siglo sin ser campeones (su único título obtenido fue en 1951).
El juego de ida se disputó en el estadio Jalisco la noche del jueves 03 de junio de aquel 1999. Toluca, por ser visitante, salió vestido en color blanco y el Atlas con su tradicional casaca rojinegra. De manera contundente, los Diablos ganaban el duelo 2-0 en los primeros 20 minutos con goles de Cardozo y del uruguayo Carlos María Morales (quien era suplente) pero luego llegaría la reacción de los de casa. Sin embargo, antes de la media hora otra vez Toluca perforaría la valla defendida por el nacional Erubey Cabuto. Yo sólo alcancé a ver todo el segundo tiempo, pues me encontraba fuera de casa estudiando, pero los medios deportivos estuvieron comentando los goles toda esa noche. El duelo fue transmitido a través del canal 5 de Televisa. En Guadalajara antes del arranque del segundo tiempo, eran las 10 de la noche, aquí en Sonora apenas las 8.
Para el segundo tiempo, los dos equipos siguieron con la misma tónica. Muy pronto, el Atlas marcaría el 2-3 y su central Márquez lograría el empate al minuto 70 gracias a un estupendo cabezazo, lo que despertó la algarabía de los aficionados rojinegros. Los locales estuvieron a segundos antes del final de marcar el 4-3 a su favor, sino hubiese sido por una salvada del mediocampista Víctor Ruiz que rechazó un balón con una de sus piernas cuando el portero argentino Hernán Cristante ya estaba vencido.
La vuelta se disputó el domingo 06 de junio en el todavía llamado estadio Toluca ´70-´86, a las doce del día (tiempo del centro del país). No se que tanto los jugadores de ambos planteles estaban en condiciones para seguir jugando a un alto nivel con poco tiempo de descanso, a las doce día y a la altura de la capital mexiquense (más de 2 600 metros sobre el nivel del mar). Los Zorros salieron vestidos en blanco por ser visitantes, y los Diablos todos de rojo. Este duelo fue dirigido por Gilberto Alcalá. De manera intempestiva inició el juego, pues al segundo 50 llegó el primer gol, obra del atacante argentino Castillo en una jugada de descolgada llegando al área de Cristante, para después tocarle con suavidad. Parecía que el Atlas aprovecharía la motivación para alcanzar el título y que el Toluca sufriría para reponerse con un gol casi de vestidor; sin embargo, al minuto dos en un centro al área rojinegra, Cardozo lograba el empate ante la algarabía del abarrotado Toluca `70-´86. Más tarde antes de la media hora, el zaguero Macías marcaba el 2-1, lo cual puso en aprietos al Atlas. Con esto concluía el primer tiempo.
En el arranque del segundo tiempo, el Atlas tuvo la fortuna de encontrar una jugada favorable para marcar el 2-2 (5-5 global) con cabezazo de Miguel Ángel Zepeda, que la zaga diabla pudo evitar. Pero después de eso, los atlistas se dedicaron a administrar, pues ya empezaba a hacer efecto el cansancio originado por las circunstancias expresadas. Toluca tuvo algunas oportunidades para marcar el gol del título, incluso un gol de Cardozo fue anulado por un mal fuera de lugar decretado por el árbitro central. Poco antes del final del tiempo reglamentario, el técnico Lavolpe se introdujo al terreno de juego para reclamarle al árbitro central por su expulsión, pero en realidad esta acción fue para cortarle el ritmo a los locales y que sus Zorros tuvieran unos minutos de respiro. Ya no hubo más goles y ser tuvieron que disputar los dos tiempos extras, con opción todavía vigente del “gol de oro” para el equipo que primero que anotará, ganaba automáticamente el juego, lo cual tampoco sucedió. Llegaría la ronda de serie de penales para definir al campeón. Los locales tendrían más ventaja pues la afición presionaría a los atlistas al momento de tirar los penales
Cada equipo ejecutó sus primeros cinco tiros, fallando un jugador por bando. Estay por Toluca, recuerdo muy bien, estrelló su disparo en el travesaño; Daniel Osorno, falló por los visitantes. Después de esta serie, continuaban empatados por lo que prosiguió la “muerte súbita”; es decir, uno por uno y el primero que fallara, perdía si el otro anotaba. Toluca fue el primero en tirar y acertar, pero el juvenil “Jerry” Estrada entregó su tiro a Cristante al no soportar la presión de la afición escarlata. Y con eso concluía la final más espectacular y dramática en la historia de los torneos cortos en el futbol mexicano.
Muchos aficionados expresaban que nadie debía perder el título y que ambos fuesen campeones. Incluso, al día siguiente en la prensa local, se comentó que el entonces Presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, estuvo a punto de decretar que ambos equipos fueran campeones. En la sección deportiva de El Imparcial de Hermosillo, Sonora, apareció un título que decía lo siguiente: “Caen con la cara al sol los niños héroes de Lavoltepec”, esto debido al dramatismo final. Con este resultado, Enrique Meza obtenía segundo título de Liga al frente de los Diablos Rojos, y para éstos significaba el quinto en la primera división. Por su parte, Atlas no pudo romper esa larga sequía de 48 años sin ser campeón otra vez.
Cristante fue considerado como el “héroe rojo” por la taja definitiva. Por dato curioso, el no había sido el portero titular durante la mayor parte del torneo, sino el nacional Mario Albarrán, quien fue enviado a la banca por Meza después del juego de vuelta en el que enfrentaron al Necaxa debido a una mala salida que propicio uno de los goles necaxistas, y que el argentino se encargó de cubrir la valla roja a partir de las semifinales.
Por último, será difícil que nuevamente se presente otro duelo por la final con estas mismas características, pero este ha quedado para el recuerdo y deleite de no solo de los aficionados tanto al Toluca como del Atlas, sino de la afición mexicana en general. Los Diablos y sus miles de aficionados que asistieron al estadio, disfrutaron más esta coronación que la del Verano ’98 que en aquella rompieron 23 años de sequía. Quizá porque la del Verano ´99 resultó la mas espectacular y emotiva como se aprecia en esta imagen que ilustra el texto que corresponde a dicha coronación.
Hoy 6 de junio se cumple exactamente diez años de la que es considerada por muchos como la final más espectacular, dramática y emotiva en la historia de los torneos cortos que ha ocurrido en el futbol mexicano de primera división. Sí recuerdo muy bien ese gran choque que protagonizaron los Diablos Rojos del Toluca y los Zorros del Atlas, la cual se definió hasta en muerte súbita después de un espectacular empate a cinco goles por bando. Por eso, el día de hoy haré una breve remembranza cronológica y descriptiva de lo que aprecié en ese entonces como un espectador a través de la televisión. Ambos clubes fueron los mejores en la tabla general del Verano ´99 y que hicieron valer los pronósticos para llegar a la final y disputar el título de Liga, pero aunque tuvieron que enfrentar ciertas adversidades durante su camino en la Liguilla.
Toluca concluyó como el Superlíder con 32 puntos y Atlas un menos (31). A lo largo de las 17 fechas, ambos cuadros demostraron un futbol solvente, alegre y efectivo. Parece que los mexiquenses perdieron un duelo, pero hicieron de su cancha su verdadero infierno pues ganaron los nueve duelos que disputaron como tal; mientras que los “Académicos” perdieron dos, el segundo en la última fecha como cortesía pues decidieron darles descanso a sus titulares. Resultaba en ese entonces comprender, que los Zorros hayan concluido como sublíderes, pues al principio de la temporada pocos apostaban por ellos, ya que en su plantel prevalecían muchos elementos canteranos y jóvenes, y que no hubo refuerzos de renombre. En algunos juegos no contaron con elementos juveniles que se concentraron con la selección sub-20 previo y durante el Mundial de Nigeria ´99, como Rafael Márquez, Juan Pablo Rodríguez o Mario Méndez. Solo contaban con jugadores ya experimentados como los argentinos como Pablo Lavallén, Jorge Almirón y Hugo “Misionero” Castillo como los más destacados. Eran guiados por el controvertido técnico argentino Ricardo Antonio Lavolpe, que pese a su mal carácter, les sacó grandes utilidades a los jóvenes canteranos.
Por su parte, Toluca contaba con jugadores ya experimentados y con un plantel base que venía trabajando desde enero de 1998 cuando también alcanzaron el título de Liga en el Verano ´98 y que varios de estos pasaban por el mejor momento en su carrera futbolera. En primer lugar estará en la mente de todos el explosivo delantero paraguayo, José Saturnino Cardozo quien en esa temporada había alcanzado su segundo título de goleo individual; el atacante nacional José Manuel Abundis que se quedó atrás por un solo gol de su coequipero; el defensa Alberto Macías, así como los mediocampistas Víctor Ruiz (mexicano) y Fabián Estay (chileno). Estos y otros más, bajo la dirección la dirección del nacional Enrique “Ojitos” Meza. De principio a fin, fueron candidatos naturales al título. De hecho, mantuvieron una racha de 27 juegos sin perder en calendario regular que se contó entre el Invierno ´98 y el mencionado Verano ´99.
En la Liguilla, Toluca se llevó un susto en cuartos de final al eliminar al entonces campeón Necaxa. En la ida celebrada en el Azteca, ganaron contundentemente 3-1, lo que parecía ya resuelta la eliminatoria. Sin embargo, en la vuelta llegaron a perder 0-2 en el segundo tiempo lo que significaba un empate global y que eso les daba el derecho de continuar por su mejor posición en la tabla general, pero caería 1-2 por obra de Cardozo lo que evitó una tragedia choricera. Atlas también sufrió pues avanzó a semifinales por esa condición de la mejor posición que el entonces Atlético Morelia; 1-1 había terminado la ida en el Morelos y 1-1 también en el Jalisco. De hecho, en la vuelta los tapatíos lograron empatar a tres minutos del final, lo que hubiese sido la gran sorpresa de la Liguilla.
Ya en semifinales, Toluca enfrentó a un aguerrido y motivado Santos Laguna, que con mucho heroísmo había eliminado al América con un global de 3-2. El duelo de ida terminó empatado en el Corona, pero los mexiquenses ganaron en la vuelta con un 2-1 (3-2, global) pese a un gol tempranero santista Pared Borgetti que otra vez puso en susto a la afición de los Diablos. Atlas le recetó un “jarabe tapatío” al Cruz Azul con un 4-0 en la ida disputada en el Azul; la vuelta fue de tramite, 2-0 (6-0 global) para los Atlistas. Recuerdo bien que en la ida, el entonces juvenil César Andrade había marcado un soberbio gol desde fuera del área grande venciendo al portero Oscar “Conejo” Pérez.
La final quedaba lista, se enfrentarían los dos mejores del calendario regular. Para muchos, era la revancha express del Toluca, quien en la Liguilla del torneo anterior fue eliminado de manera sorpresiva por el Atlas, en cuartos de final. Previamente en el calendario regular del Verano ´99, ofrecieron un magnifico encuentro en la Perla de Occidente que concluyó empatado a tres goles por bando. Esta era la segunda final para los rojos en Liguillas con la intención de levantar su quinto título de Liga en el futbol mexicano, y para los Zorros la primera y con la esperanza de acabar con un ayuno campeonil de casi medio siglo sin ser campeones (su único título obtenido fue en 1951).
El juego de ida se disputó en el estadio Jalisco la noche del jueves 03 de junio de aquel 1999. Toluca, por ser visitante, salió vestido en color blanco y el Atlas con su tradicional casaca rojinegra. De manera contundente, los Diablos ganaban el duelo 2-0 en los primeros 20 minutos con goles de Cardozo y del uruguayo Carlos María Morales (quien era suplente) pero luego llegaría la reacción de los de casa. Sin embargo, antes de la media hora otra vez Toluca perforaría la valla defendida por el nacional Erubey Cabuto. Yo sólo alcancé a ver todo el segundo tiempo, pues me encontraba fuera de casa estudiando, pero los medios deportivos estuvieron comentando los goles toda esa noche. El duelo fue transmitido a través del canal 5 de Televisa. En Guadalajara antes del arranque del segundo tiempo, eran las 10 de la noche, aquí en Sonora apenas las 8.
Para el segundo tiempo, los dos equipos siguieron con la misma tónica. Muy pronto, el Atlas marcaría el 2-3 y su central Márquez lograría el empate al minuto 70 gracias a un estupendo cabezazo, lo que despertó la algarabía de los aficionados rojinegros. Los locales estuvieron a segundos antes del final de marcar el 4-3 a su favor, sino hubiese sido por una salvada del mediocampista Víctor Ruiz que rechazó un balón con una de sus piernas cuando el portero argentino Hernán Cristante ya estaba vencido.
La vuelta se disputó el domingo 06 de junio en el todavía llamado estadio Toluca ´70-´86, a las doce del día (tiempo del centro del país). No se que tanto los jugadores de ambos planteles estaban en condiciones para seguir jugando a un alto nivel con poco tiempo de descanso, a las doce día y a la altura de la capital mexiquense (más de 2 600 metros sobre el nivel del mar). Los Zorros salieron vestidos en blanco por ser visitantes, y los Diablos todos de rojo. Este duelo fue dirigido por Gilberto Alcalá. De manera intempestiva inició el juego, pues al segundo 50 llegó el primer gol, obra del atacante argentino Castillo en una jugada de descolgada llegando al área de Cristante, para después tocarle con suavidad. Parecía que el Atlas aprovecharía la motivación para alcanzar el título y que el Toluca sufriría para reponerse con un gol casi de vestidor; sin embargo, al minuto dos en un centro al área rojinegra, Cardozo lograba el empate ante la algarabía del abarrotado Toluca `70-´86. Más tarde antes de la media hora, el zaguero Macías marcaba el 2-1, lo cual puso en aprietos al Atlas. Con esto concluía el primer tiempo.
En el arranque del segundo tiempo, el Atlas tuvo la fortuna de encontrar una jugada favorable para marcar el 2-2 (5-5 global) con cabezazo de Miguel Ángel Zepeda, que la zaga diabla pudo evitar. Pero después de eso, los atlistas se dedicaron a administrar, pues ya empezaba a hacer efecto el cansancio originado por las circunstancias expresadas. Toluca tuvo algunas oportunidades para marcar el gol del título, incluso un gol de Cardozo fue anulado por un mal fuera de lugar decretado por el árbitro central. Poco antes del final del tiempo reglamentario, el técnico Lavolpe se introdujo al terreno de juego para reclamarle al árbitro central por su expulsión, pero en realidad esta acción fue para cortarle el ritmo a los locales y que sus Zorros tuvieran unos minutos de respiro. Ya no hubo más goles y ser tuvieron que disputar los dos tiempos extras, con opción todavía vigente del “gol de oro” para el equipo que primero que anotará, ganaba automáticamente el juego, lo cual tampoco sucedió. Llegaría la ronda de serie de penales para definir al campeón. Los locales tendrían más ventaja pues la afición presionaría a los atlistas al momento de tirar los penales
Cada equipo ejecutó sus primeros cinco tiros, fallando un jugador por bando. Estay por Toluca, recuerdo muy bien, estrelló su disparo en el travesaño; Daniel Osorno, falló por los visitantes. Después de esta serie, continuaban empatados por lo que prosiguió la “muerte súbita”; es decir, uno por uno y el primero que fallara, perdía si el otro anotaba. Toluca fue el primero en tirar y acertar, pero el juvenil “Jerry” Estrada entregó su tiro a Cristante al no soportar la presión de la afición escarlata. Y con eso concluía la final más espectacular y dramática en la historia de los torneos cortos en el futbol mexicano.
Muchos aficionados expresaban que nadie debía perder el título y que ambos fuesen campeones. Incluso, al día siguiente en la prensa local, se comentó que el entonces Presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, estuvo a punto de decretar que ambos equipos fueran campeones. En la sección deportiva de El Imparcial de Hermosillo, Sonora, apareció un título que decía lo siguiente: “Caen con la cara al sol los niños héroes de Lavoltepec”, esto debido al dramatismo final. Con este resultado, Enrique Meza obtenía segundo título de Liga al frente de los Diablos Rojos, y para éstos significaba el quinto en la primera división. Por su parte, Atlas no pudo romper esa larga sequía de 48 años sin ser campeón otra vez.
Cristante fue considerado como el “héroe rojo” por la taja definitiva. Por dato curioso, el no había sido el portero titular durante la mayor parte del torneo, sino el nacional Mario Albarrán, quien fue enviado a la banca por Meza después del juego de vuelta en el que enfrentaron al Necaxa debido a una mala salida que propicio uno de los goles necaxistas, y que el argentino se encargó de cubrir la valla roja a partir de las semifinales.
Por último, será difícil que nuevamente se presente otro duelo por la final con estas mismas características, pero este ha quedado para el recuerdo y deleite de no solo de los aficionados tanto al Toluca como del Atlas, sino de la afición mexicana en general. Los Diablos y sus miles de aficionados que asistieron al estadio, disfrutaron más esta coronación que la del Verano ’98 que en aquella rompieron 23 años de sequía. Quizá porque la del Verano ´99 resultó la mas espectacular y emotiva como se aprecia en esta imagen que ilustra el texto que corresponde a dicha coronación.
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