México, campeón de la Copa FIFA/confederaciones 1999. A una década de su más grande logro histórico e internacional
¡¡ Y esta va pa´ toda la bola de “guachofóbicos” de Sonora, aja!!
Por Eduardo Marcos
Este próximo martes 4 de agosto, se cumplirá un aniversario más de la conquista de la Copa FIFA/Confederaciones que la selección nacional mexicana logró ganar hace diez años (en 1999) cuando venció en la final de ese torneo a Brasil por 4-3, jugando como local1. Cabe destacar, esa era la primera vez en la historia que un representativo nacional, conquistaba un torneo oficial avalado por la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) y hasta ahora el entonces el más importante a nivel de selección mayor. A penas en el pasado mes de junio Televisa Deportes volvió a retransmitir en su audio original, un resumen sobre ese juego y ví algunos sucesos que no recordaba bien.
Por eso el día de hoy, aunque de manera modesta, deseo hacer un recuento de lo que sucedió en aquel día histórico, siendo yo testigo de la hazaña del cuadro “Tricolor”, con lo cual se cerraba un extraordinario año futbolero y que varias satisfacciones dejó este deporte a nuestro país a nivel internacional[2]. Antes de continuar, deseo aclarar que todos los partidos de la selección así como otros del torneo, los presencié a través de Televisa Deportes, que en ese entonces tenía los derechos exclusivos del torneo y de la misma selección, aunque no hubiese estado presente en el estadio Azteca.
Fue el 24 de julio de aquel 1999, cuando al mediodía en el estadio Jalisco de la ciudad de Guadalajara, se puso en marcha el partido inaugural de la segunda edición oficial de este torneo (ya con el aval de la FIFA) entre las selecciones de Alemania y Brasil, que al final el Scratch du Oro se impuso 4-0 con una gran actuación de la entonces juvenil revelación “Ronaldinho” Da Gaucho (los cuatro goles cayeron en el segundo tiempo). En ese torneo participaron ocho selecciones que eran campeonas (o subcampeonas) de sus respectivas confederaciones. El grupo B quedó integrado, aparte de sudamericanos y europeos, por Nueva Zelanda y Estados Unidos, éste último se presentaba como subcampeón de la Copa Oro de la CONCACAF de 1998, ya que México era el país sede y tenía el pase asegurado.
Al día siguiente, domingo 25 de julio, México iniciaba su participación en el estadio Azteca al vencer por goleada de 5-1 a Arabia Saudita, con cuatro goles del controvertido delantero Cuauhtemoc Blanco (tres de ellos de cabeza). El primer tiempo había concluido 3-0, pero en el segundo tiempo el seleccionado nacional bajó mucho su accionar futbolístico. Recuerdo que en ese juego, los jugadores salieron vestidos con short en color rojo, lo que desentonó el clásico uniforme nacional y que a muchos aficionados no les gustó, incluyendo yo también. Los otros rivales del grupo A, fueron Egipto (campeón de la Copa Africana de Naciones del ´98) y Bolivia (subcampeona de la Copa América ´97). Cabe destacar que tanto Brasil como México, favoritas para jugar la final, venían de disputar la Copa América de Paraguay apenas una semana atrás, siendo campeón y tercer lugar del torneo, respectivamente3.
En su segundo juego, la noche del martes 27 de julio, la selección mexicana tuvo uno de sus peores juegos como local al empatar 2-2 contra Egipto, cuadro al que se vencía 2-0 al término del primer tiempo y que si mal no recuerdo segundos antes de concluir el primer tiempo, Pável Pardo envió un servicio al área egipcia y que el delantero José Manuel Abundis estrelló en el travesaño, lo cual pudo sentenciar el partido a favor de los “Verdes”. Pero en los últimos veinte minutos, los “faraones” lograron empatar e hicieron ver mal a un México inoperante en su desempeño futbolístico; este empate para muchos, les supo a una derrota. Manuel Lapuente Díaz, entonces técnico nacional y su jugadores, fueron criticados al día siguiente por la prensa deportiva nacional.
La noche del jueves 29 de julio, enfrentaron a Bolivia todavía con los efectos negativos del juego anterior, para imponerse apenas 1-0 a los sudamericanos con gol de Francisco Palencia hasta en el segundo tiempo. Con este resultado, México aseguraba el primer lugar de su grupo y los árabes de manera sorpresiva, terminaban como segundos al golear previamente a Egipto (5-1) en el último juego para ambos de la fase grupal. En el grupo A, Brasil concluía como líder natural al ganar sus tres duelos y los Estados Unidos alcanzaban también de manera sorpresiva la segunda posición, venciendo previamente 2-0 a una Alemania totalmente inoperante, desganada y apática que jamás se haya recordado en un torneo oficial.
Las semifinales llegaron, primero la selección mexicana se enfrentaba a su archirival del área: los Estados Unidos el domingo 1 de agosto, al mediodía en el Azteca. Recuerdo muy bien que a través de Televisa Deportes, miles de aficionados llegaron hasta el segundo tiempo, pues creyeron que el duelo iniciaría a la una de la tarde y no a las doce del día (tiempo del centro del país). A pesar de ser un juego con poco fútbol vistoso, México dominó a su rival durante los últimos veinte minutos, pero desperdiciando varias opciones del gol.
El juego concluyó empatado a cero goles y se tuvo que jugar un primer tiempo extra, donde el “gol de oro” todavía tenía vigencia: el primero que anotaba, ganaba el juego. Y así pasó, se jugó el primer tiempo extra, pero al minuto 96 de tiempo corrido, el delantero Blanco en una jugada de “chiripa” y rebotes en el área, pudo perforar la valla “gringa” y así acceder a la final del torneo. El segundo juego de semifinales se celebró más tarde en el Jalisco, donde Brasil sin contar con tres de sus grandes estrellas internacionales de ese momento (Ronaldo, Rivaldo y Roberto Carlos), goleó 8-2 al cuadro árabe que en el primer tiempo había hecho la “hazaña” de empatarles 2-2 momentáneamente, en medio de una lluvia veraniega.
La final quedaba lista: México versus Brasil, que por tercera ocasión en un mes se enfrentaban, ya que en la Copa América se vieron las caras en la fase de grupos y en las semifinales, en las cuales nuestra selección perdió 2-1 y 2-0, respectivamente. Ahora o nunca era la gran oportunidad de vencer a Brasil en un torneo oficial y más aun en una final: ¡la tercera fue la vencida! Yo recuerdo muy bien ese día de la final, era el miércoles 4 de agosto de 1999; la final se jugó en el Azteca para iniciar a las 9:00 de la noche (tiempo del centro) y 7 de la tarde-noche (tiempo de Sonora). En ese momento yo vivía en Guaymas, Sonora; recuerdo que me quedé solo en casa y aproveché para quedarme como dueño absoluto de la televisión. Le subía todo el volumen cuando hubo jugadas de gol a favor de México.
Recuerdo que el Azteca estaba a reventar, a pesar de ser entre semana; existía un gran ambiente de colorido, entusiasmo y confianza de que México pudiera vencer a Brasil, a pesar su paso arrollador y las dudas que el “Tricolor” había generado en la primera fase. Manuel Lapuente decidió alinear a lo mejor que tenía. En ese torneo, además de Cuauhtémoc que se estaba convirtiendo en la figura nacional, estaban buenos futbolistas como Miguel Ángel Zepeda, Claudio Suárez, Abundis, Gerardo Torrado, Jorge Campos, Rafael Márquez y Salvador Carmona. Luis Hernández que estuvo presente en el torneo, no jugó las semifinales ni la final debido a una lesión que sufrió en el juego contra Bolivia. Alberto García-Aspe que había iniciado como titular y capitán del cuadro azteca, al final fue relegado a la banca por problemas de preocupación personal, al no estar contratado por algún club del futbol mexicano.
El árbitro designado para el juego, fue Anders Frisk de Suecia que dio el pitazo inicial. Recuerdo que desde los primeros minutos del juego, la selección mexicana dominaba a Brasil generando llegadas de peligro constante a la portería defendida por “Dida” (decían los comentarista de Televisa Deportes, que él era el hijo menor del rey “Pelé”). Fue hasta el minuto 12 de acción, cuando llegó el primer gol mexicano en una jugada bien hecha en conjunto a cargo de Zepeda, quien bombeó al portero al estar muy adelantado de su valla y que no pudo desviar el balón a pesar de su gran estatura (creo que se confió demasiado). La algarabía no se quiso esperar por los miles de aficionados mexicanos presentes que gritaron ese gol. Después, a los 26 minutos llegó el segundo a cargo de Abundis a un pase por su lado derecho en los límites del área grande, sacó un zurdazo raso y colocado al colocado al poster que vencía la estirada de “Dida” y la algarabía se hizo presente otra vez. México estaba jugando por nota en los primeros treinta minutos y que inolvidables, en los cuales el técnico de Brasil, Wanderley Luxemburgo no veía cómo su selección pudiera reaccionar.
Sin embargo, ya casi para la conclusión del primer tiempo, en una jugada polémica en el área mexicana, “Ronaldinho” engaña a Frisk al fingir una falta que le “cometió” el defensa Germán Villa, que al sentir su presencia se tiró, y que el árbitro marcó como penal a favor de Brasil. “Roni” convirtió el penal, a pesar de la estirada de Campos que adivinó el lado y de la presión del público para irse al descanso. La situación para la escuadra nacional se vería turbia cuando casi al inicio del segundo tiempo, “Ronaldinho” logró el empate a dos goles. Esto significó un balde de agua fría para todos los aficionados mexicanos, y a mi en especial me recordaba aquel partido en el que México vencía 2-0 a Brasil (con todas sus estrellas) en el primer tiempo de la Copa América de Bolivia ´97 y que al final se perdió 3-2. “¡No puede ser que la historia se vuelva a repetir otra vez!”, dije entre mí.
La alegría para los mexicanos volvería cuando otra vez cuando Zepeda marcó el 3-2, en una jugada de rebotes en el área chica brasileña y que el público tardó en festejar pues no se sabía si hubo un fuera de lugar, ya que “Dida” se quedó quieto y levantando un brazo, pero que el árbitro la dio como buena. A los 62 de acción, llegó la jugada de ensueño del juego y quizás del torneo, cuando después de recibir un extraordinario servicio, Cuauhtémoc Blanco hizo varios quiebres a la defensa brasileña en su área para fusilar magistralmente a “Dida”, por lo que ya parecía un triunfo asegurado. Pero al minuto siguiente, Zé Roberto a través de una descolgada y que la defensa mexicana no se acomodaba bien, cerró la pinza para colocar el 4-3 y ponerle más emoción y dramatismo al partido. Recuerdo que cuando cayó el cuarto gol mexicano, le subí todo el volumen a la televisión y lo grité también. En ese torneo, Hugo Sánchez fue contratado por Televisa Deportes como parte de su equipo de comentaristas y ese gol lo gritó como un loco desenfrenado. También sería criticado por los aficionados por sus descabellados festejos.
A pesar de la mínima diferencia, el cuadro nacional tuvo para hacer el 5-3 e incrementar el marcador con jugadas de contragolpe, pero que sus atacantes no supieron concretar. Y así se fue todo el partido hasta que Frisk silbó el final del juego después de unos minutos de prórroga. ¡¡México por fin vencía a Brasil, se consagraba campeón de un torneo internacional y avalado por la FIFA!! Vi toda la celebración cuando los futbolistas mexicanos recibieron sus medallas y la copa, a manos del capitán, Claudio “El Emperador” Suárez de parte del presidente de la FIFA, el francés Joseph Blatter y del mexicano Alejandro Burrillo Azcárraga, presidente del Comité Organizador del torneo. Todos los jugadores mexicanos dieron la vuelta olímpica al Azteca y el festejo concluyo cuando se lanzaron de “pechito” sobre la copa en el césped, encabezados por el portero Campos. Minutos más tarde, miles de capitalinos se fueron a festejar al pie del monumento del Ángel de la Independencia en el paseo de la Reforma, según las imágenes ofrecidas por las dos televisoras más importantes del país.
Días más tarde, la FIFA declaraba que el torneo celebrado en nuestro país, había sido un éxito en lo deportivo y en lo económico para ambos4. Fue una noche mágica y de alegría para millones de mexicanos. Yo era testigo de un logro histórico del fútbol mexicano y que ese 4 de agosto quedó en mi mente grabado para siempre como una fecha especial por ser un momento sublime, como si hubiese sido la de mi nacimiento o boda, pues siempre me acuerdo de ese día cuando se aproxima. Al día siguiente ya con la resaca eufórica, Televisa Deportes retransmitía el juego a una hora mucho más temprano, pero ya no tuve oportunidad de verlo otra vez.
Quizás muchos aficionados y críticos del futbol de aquel entonces, hayan cuestionado el triunfo del “Tricolor” debido que Brasil no contó con sus tres “joyas europeas” de primer nivel, citados anteriormente, y porque el torneo se jugó en México. Pero también hay que dejar en claro no se le ganó a un rival como Jamaica. O porque se haya festejado como si se hubiera ganado la Copa Mundial, pero tampoco se ganó un torneo “concacafkiano”. Creo que hay que darle su importancia, mérito y valor a ese logro que obtuvo el cuadro nacional aquél 4 de agosto de 1999.
Por último, ya para cerrar este documento futbolero, como anécdota semanas más tarde, los Tigres del Norte dedicaron una de sus canciones “El Triunfo” de su disco Herencia de Familia de aquel año, y editaron un videoclip sobre esta victoria deportiva en donde se muestran algunas imágenes del estadio Azteca y de algunos aficionados vestidos de verde que jugaban la final.
Fuente: Memoria histórica personal, a partir de una exhaustiva concentración de los hechos vividos como espectador, así como registros estadísticos personales de los juegos de la selección nacional, 1993-2007, y de algunas imágenes de Televisa Deportes sobre la final de ese torneo.
1 México fue designado por la FIFA, anfitrión de la segunda edición oficial de este torneo, que anteriormente era la Copa Rey Fahd. Originalmente estuvo planeado a realizarse en diciembre de 1998, después se cambió a enero de 1999, hasta finalmente se acordó a celebrarse entre el 24 de julio y el 4 de agosto del ´99. Esto debido a que se buscaba que el campeón mundial Francia tuviera participación y que al final, desairó el torneo. Alemania, sustituyó a Francia por ser el último campeón de la Eurocopa de Naciones de 1996.
[2] En ese año a nivel en la categoría varonil, México había conquistado los cuadrangulares amistosos internacionales de la Copa Carlsberg en Kong Hong (febrero) y la Copa USA en Estados Unidos (marzo). Además, se consiguió oro panamericano en la rama varonil, y plata en la femenil, ambos en los Juegos Panamericanos de Winnipeg (julio y agosto).
3 También Bolivia tuvo participación en la Copa América de ese año, aunque su participación se limitó a jugar la primera fase, y por ende tuvo más tiempo de descanso para haber tenido una mejor participación en la Copa FIFA/Confederaciones.
4 Cuauhtémoc Blanco a pesar de su gran actuación a lo largo del torneo y en la final, no fue designado el “mejor jugador del torneo”, logro que recayó en el brasileño “Ronaldinho” Da Gaucho. Blanco recibió el balón de plata de parte de la FIFA. Además, ambos jugadores junto con el goleador de Arabia Saudita, Marzourk Al Otaibi, terminaron como “campeones goleadores”, con seis goles cada uno.
Por Eduardo Marcos
Este próximo martes 4 de agosto, se cumplirá un aniversario más de la conquista de la Copa FIFA/Confederaciones que la selección nacional mexicana logró ganar hace diez años (en 1999) cuando venció en la final de ese torneo a Brasil por 4-3, jugando como local1. Cabe destacar, esa era la primera vez en la historia que un representativo nacional, conquistaba un torneo oficial avalado por la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) y hasta ahora el entonces el más importante a nivel de selección mayor. A penas en el pasado mes de junio Televisa Deportes volvió a retransmitir en su audio original, un resumen sobre ese juego y ví algunos sucesos que no recordaba bien.
Por eso el día de hoy, aunque de manera modesta, deseo hacer un recuento de lo que sucedió en aquel día histórico, siendo yo testigo de la hazaña del cuadro “Tricolor”, con lo cual se cerraba un extraordinario año futbolero y que varias satisfacciones dejó este deporte a nuestro país a nivel internacional[2]. Antes de continuar, deseo aclarar que todos los partidos de la selección así como otros del torneo, los presencié a través de Televisa Deportes, que en ese entonces tenía los derechos exclusivos del torneo y de la misma selección, aunque no hubiese estado presente en el estadio Azteca.
Fue el 24 de julio de aquel 1999, cuando al mediodía en el estadio Jalisco de la ciudad de Guadalajara, se puso en marcha el partido inaugural de la segunda edición oficial de este torneo (ya con el aval de la FIFA) entre las selecciones de Alemania y Brasil, que al final el Scratch du Oro se impuso 4-0 con una gran actuación de la entonces juvenil revelación “Ronaldinho” Da Gaucho (los cuatro goles cayeron en el segundo tiempo). En ese torneo participaron ocho selecciones que eran campeonas (o subcampeonas) de sus respectivas confederaciones. El grupo B quedó integrado, aparte de sudamericanos y europeos, por Nueva Zelanda y Estados Unidos, éste último se presentaba como subcampeón de la Copa Oro de la CONCACAF de 1998, ya que México era el país sede y tenía el pase asegurado.
Al día siguiente, domingo 25 de julio, México iniciaba su participación en el estadio Azteca al vencer por goleada de 5-1 a Arabia Saudita, con cuatro goles del controvertido delantero Cuauhtemoc Blanco (tres de ellos de cabeza). El primer tiempo había concluido 3-0, pero en el segundo tiempo el seleccionado nacional bajó mucho su accionar futbolístico. Recuerdo que en ese juego, los jugadores salieron vestidos con short en color rojo, lo que desentonó el clásico uniforme nacional y que a muchos aficionados no les gustó, incluyendo yo también. Los otros rivales del grupo A, fueron Egipto (campeón de la Copa Africana de Naciones del ´98) y Bolivia (subcampeona de la Copa América ´97). Cabe destacar que tanto Brasil como México, favoritas para jugar la final, venían de disputar la Copa América de Paraguay apenas una semana atrás, siendo campeón y tercer lugar del torneo, respectivamente3.
En su segundo juego, la noche del martes 27 de julio, la selección mexicana tuvo uno de sus peores juegos como local al empatar 2-2 contra Egipto, cuadro al que se vencía 2-0 al término del primer tiempo y que si mal no recuerdo segundos antes de concluir el primer tiempo, Pável Pardo envió un servicio al área egipcia y que el delantero José Manuel Abundis estrelló en el travesaño, lo cual pudo sentenciar el partido a favor de los “Verdes”. Pero en los últimos veinte minutos, los “faraones” lograron empatar e hicieron ver mal a un México inoperante en su desempeño futbolístico; este empate para muchos, les supo a una derrota. Manuel Lapuente Díaz, entonces técnico nacional y su jugadores, fueron criticados al día siguiente por la prensa deportiva nacional.
La noche del jueves 29 de julio, enfrentaron a Bolivia todavía con los efectos negativos del juego anterior, para imponerse apenas 1-0 a los sudamericanos con gol de Francisco Palencia hasta en el segundo tiempo. Con este resultado, México aseguraba el primer lugar de su grupo y los árabes de manera sorpresiva, terminaban como segundos al golear previamente a Egipto (5-1) en el último juego para ambos de la fase grupal. En el grupo A, Brasil concluía como líder natural al ganar sus tres duelos y los Estados Unidos alcanzaban también de manera sorpresiva la segunda posición, venciendo previamente 2-0 a una Alemania totalmente inoperante, desganada y apática que jamás se haya recordado en un torneo oficial.
Las semifinales llegaron, primero la selección mexicana se enfrentaba a su archirival del área: los Estados Unidos el domingo 1 de agosto, al mediodía en el Azteca. Recuerdo muy bien que a través de Televisa Deportes, miles de aficionados llegaron hasta el segundo tiempo, pues creyeron que el duelo iniciaría a la una de la tarde y no a las doce del día (tiempo del centro del país). A pesar de ser un juego con poco fútbol vistoso, México dominó a su rival durante los últimos veinte minutos, pero desperdiciando varias opciones del gol.
El juego concluyó empatado a cero goles y se tuvo que jugar un primer tiempo extra, donde el “gol de oro” todavía tenía vigencia: el primero que anotaba, ganaba el juego. Y así pasó, se jugó el primer tiempo extra, pero al minuto 96 de tiempo corrido, el delantero Blanco en una jugada de “chiripa” y rebotes en el área, pudo perforar la valla “gringa” y así acceder a la final del torneo. El segundo juego de semifinales se celebró más tarde en el Jalisco, donde Brasil sin contar con tres de sus grandes estrellas internacionales de ese momento (Ronaldo, Rivaldo y Roberto Carlos), goleó 8-2 al cuadro árabe que en el primer tiempo había hecho la “hazaña” de empatarles 2-2 momentáneamente, en medio de una lluvia veraniega.
La final quedaba lista: México versus Brasil, que por tercera ocasión en un mes se enfrentaban, ya que en la Copa América se vieron las caras en la fase de grupos y en las semifinales, en las cuales nuestra selección perdió 2-1 y 2-0, respectivamente. Ahora o nunca era la gran oportunidad de vencer a Brasil en un torneo oficial y más aun en una final: ¡la tercera fue la vencida! Yo recuerdo muy bien ese día de la final, era el miércoles 4 de agosto de 1999; la final se jugó en el Azteca para iniciar a las 9:00 de la noche (tiempo del centro) y 7 de la tarde-noche (tiempo de Sonora). En ese momento yo vivía en Guaymas, Sonora; recuerdo que me quedé solo en casa y aproveché para quedarme como dueño absoluto de la televisión. Le subía todo el volumen cuando hubo jugadas de gol a favor de México.
Recuerdo que el Azteca estaba a reventar, a pesar de ser entre semana; existía un gran ambiente de colorido, entusiasmo y confianza de que México pudiera vencer a Brasil, a pesar su paso arrollador y las dudas que el “Tricolor” había generado en la primera fase. Manuel Lapuente decidió alinear a lo mejor que tenía. En ese torneo, además de Cuauhtémoc que se estaba convirtiendo en la figura nacional, estaban buenos futbolistas como Miguel Ángel Zepeda, Claudio Suárez, Abundis, Gerardo Torrado, Jorge Campos, Rafael Márquez y Salvador Carmona. Luis Hernández que estuvo presente en el torneo, no jugó las semifinales ni la final debido a una lesión que sufrió en el juego contra Bolivia. Alberto García-Aspe que había iniciado como titular y capitán del cuadro azteca, al final fue relegado a la banca por problemas de preocupación personal, al no estar contratado por algún club del futbol mexicano.
El árbitro designado para el juego, fue Anders Frisk de Suecia que dio el pitazo inicial. Recuerdo que desde los primeros minutos del juego, la selección mexicana dominaba a Brasil generando llegadas de peligro constante a la portería defendida por “Dida” (decían los comentarista de Televisa Deportes, que él era el hijo menor del rey “Pelé”). Fue hasta el minuto 12 de acción, cuando llegó el primer gol mexicano en una jugada bien hecha en conjunto a cargo de Zepeda, quien bombeó al portero al estar muy adelantado de su valla y que no pudo desviar el balón a pesar de su gran estatura (creo que se confió demasiado). La algarabía no se quiso esperar por los miles de aficionados mexicanos presentes que gritaron ese gol. Después, a los 26 minutos llegó el segundo a cargo de Abundis a un pase por su lado derecho en los límites del área grande, sacó un zurdazo raso y colocado al colocado al poster que vencía la estirada de “Dida” y la algarabía se hizo presente otra vez. México estaba jugando por nota en los primeros treinta minutos y que inolvidables, en los cuales el técnico de Brasil, Wanderley Luxemburgo no veía cómo su selección pudiera reaccionar.
Sin embargo, ya casi para la conclusión del primer tiempo, en una jugada polémica en el área mexicana, “Ronaldinho” engaña a Frisk al fingir una falta que le “cometió” el defensa Germán Villa, que al sentir su presencia se tiró, y que el árbitro marcó como penal a favor de Brasil. “Roni” convirtió el penal, a pesar de la estirada de Campos que adivinó el lado y de la presión del público para irse al descanso. La situación para la escuadra nacional se vería turbia cuando casi al inicio del segundo tiempo, “Ronaldinho” logró el empate a dos goles. Esto significó un balde de agua fría para todos los aficionados mexicanos, y a mi en especial me recordaba aquel partido en el que México vencía 2-0 a Brasil (con todas sus estrellas) en el primer tiempo de la Copa América de Bolivia ´97 y que al final se perdió 3-2. “¡No puede ser que la historia se vuelva a repetir otra vez!”, dije entre mí.
La alegría para los mexicanos volvería cuando otra vez cuando Zepeda marcó el 3-2, en una jugada de rebotes en el área chica brasileña y que el público tardó en festejar pues no se sabía si hubo un fuera de lugar, ya que “Dida” se quedó quieto y levantando un brazo, pero que el árbitro la dio como buena. A los 62 de acción, llegó la jugada de ensueño del juego y quizás del torneo, cuando después de recibir un extraordinario servicio, Cuauhtémoc Blanco hizo varios quiebres a la defensa brasileña en su área para fusilar magistralmente a “Dida”, por lo que ya parecía un triunfo asegurado. Pero al minuto siguiente, Zé Roberto a través de una descolgada y que la defensa mexicana no se acomodaba bien, cerró la pinza para colocar el 4-3 y ponerle más emoción y dramatismo al partido. Recuerdo que cuando cayó el cuarto gol mexicano, le subí todo el volumen a la televisión y lo grité también. En ese torneo, Hugo Sánchez fue contratado por Televisa Deportes como parte de su equipo de comentaristas y ese gol lo gritó como un loco desenfrenado. También sería criticado por los aficionados por sus descabellados festejos.
A pesar de la mínima diferencia, el cuadro nacional tuvo para hacer el 5-3 e incrementar el marcador con jugadas de contragolpe, pero que sus atacantes no supieron concretar. Y así se fue todo el partido hasta que Frisk silbó el final del juego después de unos minutos de prórroga. ¡¡México por fin vencía a Brasil, se consagraba campeón de un torneo internacional y avalado por la FIFA!! Vi toda la celebración cuando los futbolistas mexicanos recibieron sus medallas y la copa, a manos del capitán, Claudio “El Emperador” Suárez de parte del presidente de la FIFA, el francés Joseph Blatter y del mexicano Alejandro Burrillo Azcárraga, presidente del Comité Organizador del torneo. Todos los jugadores mexicanos dieron la vuelta olímpica al Azteca y el festejo concluyo cuando se lanzaron de “pechito” sobre la copa en el césped, encabezados por el portero Campos. Minutos más tarde, miles de capitalinos se fueron a festejar al pie del monumento del Ángel de la Independencia en el paseo de la Reforma, según las imágenes ofrecidas por las dos televisoras más importantes del país.
Días más tarde, la FIFA declaraba que el torneo celebrado en nuestro país, había sido un éxito en lo deportivo y en lo económico para ambos4. Fue una noche mágica y de alegría para millones de mexicanos. Yo era testigo de un logro histórico del fútbol mexicano y que ese 4 de agosto quedó en mi mente grabado para siempre como una fecha especial por ser un momento sublime, como si hubiese sido la de mi nacimiento o boda, pues siempre me acuerdo de ese día cuando se aproxima. Al día siguiente ya con la resaca eufórica, Televisa Deportes retransmitía el juego a una hora mucho más temprano, pero ya no tuve oportunidad de verlo otra vez.
Quizás muchos aficionados y críticos del futbol de aquel entonces, hayan cuestionado el triunfo del “Tricolor” debido que Brasil no contó con sus tres “joyas europeas” de primer nivel, citados anteriormente, y porque el torneo se jugó en México. Pero también hay que dejar en claro no se le ganó a un rival como Jamaica. O porque se haya festejado como si se hubiera ganado la Copa Mundial, pero tampoco se ganó un torneo “concacafkiano”. Creo que hay que darle su importancia, mérito y valor a ese logro que obtuvo el cuadro nacional aquél 4 de agosto de 1999.
Por último, ya para cerrar este documento futbolero, como anécdota semanas más tarde, los Tigres del Norte dedicaron una de sus canciones “El Triunfo” de su disco Herencia de Familia de aquel año, y editaron un videoclip sobre esta victoria deportiva en donde se muestran algunas imágenes del estadio Azteca y de algunos aficionados vestidos de verde que jugaban la final.
Fuente: Memoria histórica personal, a partir de una exhaustiva concentración de los hechos vividos como espectador, así como registros estadísticos personales de los juegos de la selección nacional, 1993-2007, y de algunas imágenes de Televisa Deportes sobre la final de ese torneo.
1 México fue designado por la FIFA, anfitrión de la segunda edición oficial de este torneo, que anteriormente era la Copa Rey Fahd. Originalmente estuvo planeado a realizarse en diciembre de 1998, después se cambió a enero de 1999, hasta finalmente se acordó a celebrarse entre el 24 de julio y el 4 de agosto del ´99. Esto debido a que se buscaba que el campeón mundial Francia tuviera participación y que al final, desairó el torneo. Alemania, sustituyó a Francia por ser el último campeón de la Eurocopa de Naciones de 1996.
[2] En ese año a nivel en la categoría varonil, México había conquistado los cuadrangulares amistosos internacionales de la Copa Carlsberg en Kong Hong (febrero) y la Copa USA en Estados Unidos (marzo). Además, se consiguió oro panamericano en la rama varonil, y plata en la femenil, ambos en los Juegos Panamericanos de Winnipeg (julio y agosto).
3 También Bolivia tuvo participación en la Copa América de ese año, aunque su participación se limitó a jugar la primera fase, y por ende tuvo más tiempo de descanso para haber tenido una mejor participación en la Copa FIFA/Confederaciones.
4 Cuauhtémoc Blanco a pesar de su gran actuación a lo largo del torneo y en la final, no fue designado el “mejor jugador del torneo”, logro que recayó en el brasileño “Ronaldinho” Da Gaucho. Blanco recibió el balón de plata de parte de la FIFA. Además, ambos jugadores junto con el goleador de Arabia Saudita, Marzourk Al Otaibi, terminaron como “campeones goleadores”, con seis goles cada uno.
Labels: Copa FIFA Confederaciones, Futbol internacional, México campeón Copa Confederaciones ´99, Selección nacional de México