2 de octubre del 2005. México campeón Mundial Sub-17 en Perú
“Porque es mejor recordar fechas agradables y no trágicas”
Por Eduardo Marcos
Hola un saludo especial a toda la comunidad futbolera en México. Hoy es un día especial, pues se cumplen cuatros de uno de los grandes sucesos futboleros para nuestro país: me refiero al título mundial de la Selección Nacional en el Mundial Sub-17 celebrado en Perú, entre septiembre y octubre del año 2005. En aquel 2 de octubre, esa selección concretaba uno sueño casi imposible de conseguir, ser campeona del mundo cuando vencieron con un contundente 3-0 a su similar de Brasil, que para mí siempre es y será la máxima potencia deportiva en este deporte, ya sea en cualquier rama y categoría. En aquel día, los brasileños bailaron “jarabe tapatío” y ellos no nos hicieron bailar samba.
Recuerdo muy bien ese día, era un domingo por la tarde (como las 5:00 p.m. tiempo del centro de Sonora) cuando un grupo de jóvenes mexicanos saltaban a la cancha del Estadio Nacional de Lima a jugarle al tú por tú a los cariocas, demostrando un alto nivel... Esos niños tenían hambre de GLORIA, de ganar, de sobresalir y dieron la sorpresa para todo el mundo, pues no eran favoritos para ser campeones desde el principio. Los nombres de Giovanni Dos Santos, Carlos Vela, Sergio Arias, Héctor Moreno, Efraín Juárez, Patricio Araujo, César Villaluz, Héctor Moreno y otros más bajo el mando de Jesús "Chucho" Ramírez, escribieron una de las páginas más brillantes de la historia del futbol mexicano.
Aquella selección partió de México con muchas ilusiones de querer trascender y superar lo que habían hecho en el pasado otras selecciones de esta categoría. “Chucho” Ramírez y sus jugadores tenían en mente en ganar y ser campeones mundiales, aunque el resto de nosotros dijéramos en silencio, “va a pasar la misma historia de siempre”. Iniciaron su camino con una victoria de 2-0 sobre Uruguay en pleno 16 de septiembre; después vencieron con un cómodo 3-0 a Australia, resultado que les aseguraba su boleto a la fase de cuartos de final. Para el tercer y último juego de esta fase grupal contra Turquía, perdieron 2-1 con gol de último minuto de los asiáticos y porque “Chucho” Ramírez prefirió dar descanso a varios de los titulares. Este resultado, hizo que los tricolores ocuparan la segunda posición y que los turcos terminaran con marca perfecta con tres victorias en igual número de juegos. De hecho, esta selección de Turquía era considerada como una de las favoritas para ser campeona, porque al parecer (si mal no recuerdo) era la campeona de Europa en dicha categoría.
En la ronda de cuartos de final, México se enfrentó a un clásico rival de la zona “concafkiana”, Costa Rica, que en teoría era un rival de menor calibre a los que había enfrentado en la primera fase. Sin embargo, los centroamericanos tenían la ventaja que ya conocían el estilo de juego de los aztecas pues se habían enfrentado en el breve proceso eliminatorio de ese mismo año, y esa situación supieron aprovecharla bien… al principio. Recuerdo muy bien que los ticos eran los que tomaron la ventaja en el marcador hasta en el segundo tiempo con un autogol, pero a un minuto del final el Tricolor logró el empate, producto también de un desvío de un defensa tico. Este resultado promovió la disputa de tiempos extras, etapa en la cual los “niños” de Ramírez ahora sí impusieron sus condiciones para ganar con un 3-1.
Hubiera sido un terrible fracaso para el futbol mexicano si hubiera perdido ante Costa Rica, después de haber tenido una buena primera fase. En semifinales, México enfrentó a una potencia europea, Holanda, quien en la etapa anterior había superado a una selección africana sin problemas. Fue aquí en donde muchos aficionados futboleros mexicanos, aseguraban que hasta ahí llegaba el sueño del Tricolor, pues los europeos en categorías menores son muy fuertes, sobre todos los holandeses que manejan muy bien fuerzas básicas. La historia fue otra a la que muchos no imaginamos: México aplastó 4-0 a Holanda, en gran medida a un futbol vertical, veloz y con llegadas de primera intención al área enemiga, destacándose en ese juego Villaluz con dos goles. Al final de ese juego, los “Niños Héroes” celebraron como si ya hubiesen ganado el título mundial, pero para falta dar ese paso.
A partir de ese momento, toda la prensa deportiva nacional se enfocó sobre este Mundial y la selección al enviar reporteros para que informaran de manera directa de lo que pasaría en la final ante otro favorito, Brasil. Llegó el domingo 2 de octubre y las dos televisoras del país, Televisa y Tv Azteca, transmitieron el juego. Yo vi la final por la primera televisora, y Raúl Orvañanos fue uno de los comentaristas. Ya para estas alturas, había tres jugadores nacionales que se consolidaban como figuras del torneo: Villaluz, Vela y Dos Santos, éste último llamaba mucho la atención: era hijo de un futbolista brasileño de nombre “Cizihno” que jugó en México en los años ochenta, y por sus rasgos físicos más bien parecía un jugador “pirateado” al Scrath Du Oro. Pero no, “Gio” nació en Monterrey, Nuevo León, y por lo tanto tenía derecho a jugar con el representativo nacional.
De Brasil, siempre será un candidato natural para ganar cualquier evento futbolero en el que se paré, y esa vez no era la excepción. Antes que cayera el primer gol del Tricolor por obra de Vela, los brasileños tuvieron cerca de abrir primero el marcador. Primero un balón cobrado en tiro libre directo que pegó en el travesaño defendido por Arias y luego por una ataja hecha por el mismo portero. Había un jugador brasileño que también me llamó mucho la atención, su nombre era Ramón (así sin apellidos), ya que eran uno de los goleadores más fructíferos del torneo y porque su físico era muy similar a la de su compatriota “Ronaldhino” por su cabellera, la otrora gran figura de la selección mayor de Brasil y del FC Barcelona de España de ese momento. Me dio la impresión que Ramón estaba imitándolo.
Después cayó el segundo gol mexicano, que fue producto de un riflazo hecho fuera del área grande que sorprendió al portero brasileño, fue obra de Omar Esparza casi después del de Villaluz. Para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho; los brasileños intentaron recortar distancias, pero no podían. Hasta que ya cerca del final, en una jugada de contraataque Ever Guzmán, delantero que entraba de cambio, hizo un gol hecho a base de riñones pues le hicieron una falta que meritaba penal y quizás tarjeta roja. Aun así, él insistió hasta que después de muchos amagues al portero concreto el 3-0 definitivo.
En cuanto silbó el árbitro, toda la banca y el técnico Ramírez celebraron a todo pulmón. Carlos Vela fue nombrado “campeón goleador” del Mundial al conseguir cinco goles. “Pato” Araujo recibió el trofeo que los acreditaba como campeones mundial (un trofeo que en lo personal no me gusta porque es muy chico y sin mucho chiste) de parte del suizo Joseph Blatter, presidente de la FIFA. Giovani Dos Santos, fue nombrado como el segundo mejor del torneo.
A pesar que ya han pasado cuatro años de aquel logro histórico para el futbol mexicano, muchos esperábamos que la mayoría de esa “Generación Dorada”, fueran la sangre nueva para la selección mayor en los meses previos a la Copa Mundial de Sudáfrica 2010. Sólo Vela, “Gio”, Moreno y Juárez, se ven como lo más fuertes candidatos a estar presente en la justa mundialista del próximo año. La mayoría no ha trascendido y otros más se han ido apagando, ya sea por poca continuidad o baja de juego. Hoy “Chucho” Ramírez ya no es director técnico de ninguna selección nacional de edades menores, sino del controvertido Club América de la primera división mexicana.
Y aunque hoy es 2 de octubre muchos recuerdan ese evento deportivo por la hazaña que hicieron nuestros entonces “Niños Héroes", hay otros muchos más que recuerdan esta fecha por lo que pasó en 1968 en el D. F. por los sucesos previos al inicio de los Juegos Olímpicos donde hubo un desmadre. Yo prefiero mejor recordar momentos felices como el 2 de octubre del 2005, aunque muchos no estén de acuerdo conmigo o me critiquen. Pero lo que sí es cierto, a nadie que haya nacido después de 1968 le consta lo que pasó realmente, ya que existen muchas “verdades” e historias sobre lo mismo, y cada grupo manipula lo que desea. Y lo mismo pasa siempre en este día, cuando en la capital nacional cientos de porros, realizan marchas nomás para rayar, dañar o hacer desmadres a propiedades públicas o privadas, como unos verdaderos vándalos.
Por Eduardo Marcos
Hola un saludo especial a toda la comunidad futbolera en México. Hoy es un día especial, pues se cumplen cuatros de uno de los grandes sucesos futboleros para nuestro país: me refiero al título mundial de la Selección Nacional en el Mundial Sub-17 celebrado en Perú, entre septiembre y octubre del año 2005. En aquel 2 de octubre, esa selección concretaba uno sueño casi imposible de conseguir, ser campeona del mundo cuando vencieron con un contundente 3-0 a su similar de Brasil, que para mí siempre es y será la máxima potencia deportiva en este deporte, ya sea en cualquier rama y categoría. En aquel día, los brasileños bailaron “jarabe tapatío” y ellos no nos hicieron bailar samba.
Recuerdo muy bien ese día, era un domingo por la tarde (como las 5:00 p.m. tiempo del centro de Sonora) cuando un grupo de jóvenes mexicanos saltaban a la cancha del Estadio Nacional de Lima a jugarle al tú por tú a los cariocas, demostrando un alto nivel... Esos niños tenían hambre de GLORIA, de ganar, de sobresalir y dieron la sorpresa para todo el mundo, pues no eran favoritos para ser campeones desde el principio. Los nombres de Giovanni Dos Santos, Carlos Vela, Sergio Arias, Héctor Moreno, Efraín Juárez, Patricio Araujo, César Villaluz, Héctor Moreno y otros más bajo el mando de Jesús "Chucho" Ramírez, escribieron una de las páginas más brillantes de la historia del futbol mexicano.
Aquella selección partió de México con muchas ilusiones de querer trascender y superar lo que habían hecho en el pasado otras selecciones de esta categoría. “Chucho” Ramírez y sus jugadores tenían en mente en ganar y ser campeones mundiales, aunque el resto de nosotros dijéramos en silencio, “va a pasar la misma historia de siempre”. Iniciaron su camino con una victoria de 2-0 sobre Uruguay en pleno 16 de septiembre; después vencieron con un cómodo 3-0 a Australia, resultado que les aseguraba su boleto a la fase de cuartos de final. Para el tercer y último juego de esta fase grupal contra Turquía, perdieron 2-1 con gol de último minuto de los asiáticos y porque “Chucho” Ramírez prefirió dar descanso a varios de los titulares. Este resultado, hizo que los tricolores ocuparan la segunda posición y que los turcos terminaran con marca perfecta con tres victorias en igual número de juegos. De hecho, esta selección de Turquía era considerada como una de las favoritas para ser campeona, porque al parecer (si mal no recuerdo) era la campeona de Europa en dicha categoría.
En la ronda de cuartos de final, México se enfrentó a un clásico rival de la zona “concafkiana”, Costa Rica, que en teoría era un rival de menor calibre a los que había enfrentado en la primera fase. Sin embargo, los centroamericanos tenían la ventaja que ya conocían el estilo de juego de los aztecas pues se habían enfrentado en el breve proceso eliminatorio de ese mismo año, y esa situación supieron aprovecharla bien… al principio. Recuerdo muy bien que los ticos eran los que tomaron la ventaja en el marcador hasta en el segundo tiempo con un autogol, pero a un minuto del final el Tricolor logró el empate, producto también de un desvío de un defensa tico. Este resultado promovió la disputa de tiempos extras, etapa en la cual los “niños” de Ramírez ahora sí impusieron sus condiciones para ganar con un 3-1.
Hubiera sido un terrible fracaso para el futbol mexicano si hubiera perdido ante Costa Rica, después de haber tenido una buena primera fase. En semifinales, México enfrentó a una potencia europea, Holanda, quien en la etapa anterior había superado a una selección africana sin problemas. Fue aquí en donde muchos aficionados futboleros mexicanos, aseguraban que hasta ahí llegaba el sueño del Tricolor, pues los europeos en categorías menores son muy fuertes, sobre todos los holandeses que manejan muy bien fuerzas básicas. La historia fue otra a la que muchos no imaginamos: México aplastó 4-0 a Holanda, en gran medida a un futbol vertical, veloz y con llegadas de primera intención al área enemiga, destacándose en ese juego Villaluz con dos goles. Al final de ese juego, los “Niños Héroes” celebraron como si ya hubiesen ganado el título mundial, pero para falta dar ese paso.
A partir de ese momento, toda la prensa deportiva nacional se enfocó sobre este Mundial y la selección al enviar reporteros para que informaran de manera directa de lo que pasaría en la final ante otro favorito, Brasil. Llegó el domingo 2 de octubre y las dos televisoras del país, Televisa y Tv Azteca, transmitieron el juego. Yo vi la final por la primera televisora, y Raúl Orvañanos fue uno de los comentaristas. Ya para estas alturas, había tres jugadores nacionales que se consolidaban como figuras del torneo: Villaluz, Vela y Dos Santos, éste último llamaba mucho la atención: era hijo de un futbolista brasileño de nombre “Cizihno” que jugó en México en los años ochenta, y por sus rasgos físicos más bien parecía un jugador “pirateado” al Scrath Du Oro. Pero no, “Gio” nació en Monterrey, Nuevo León, y por lo tanto tenía derecho a jugar con el representativo nacional.
De Brasil, siempre será un candidato natural para ganar cualquier evento futbolero en el que se paré, y esa vez no era la excepción. Antes que cayera el primer gol del Tricolor por obra de Vela, los brasileños tuvieron cerca de abrir primero el marcador. Primero un balón cobrado en tiro libre directo que pegó en el travesaño defendido por Arias y luego por una ataja hecha por el mismo portero. Había un jugador brasileño que también me llamó mucho la atención, su nombre era Ramón (así sin apellidos), ya que eran uno de los goleadores más fructíferos del torneo y porque su físico era muy similar a la de su compatriota “Ronaldhino” por su cabellera, la otrora gran figura de la selección mayor de Brasil y del FC Barcelona de España de ese momento. Me dio la impresión que Ramón estaba imitándolo.
Después cayó el segundo gol mexicano, que fue producto de un riflazo hecho fuera del área grande que sorprendió al portero brasileño, fue obra de Omar Esparza casi después del de Villaluz. Para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho; los brasileños intentaron recortar distancias, pero no podían. Hasta que ya cerca del final, en una jugada de contraataque Ever Guzmán, delantero que entraba de cambio, hizo un gol hecho a base de riñones pues le hicieron una falta que meritaba penal y quizás tarjeta roja. Aun así, él insistió hasta que después de muchos amagues al portero concreto el 3-0 definitivo.
En cuanto silbó el árbitro, toda la banca y el técnico Ramírez celebraron a todo pulmón. Carlos Vela fue nombrado “campeón goleador” del Mundial al conseguir cinco goles. “Pato” Araujo recibió el trofeo que los acreditaba como campeones mundial (un trofeo que en lo personal no me gusta porque es muy chico y sin mucho chiste) de parte del suizo Joseph Blatter, presidente de la FIFA. Giovani Dos Santos, fue nombrado como el segundo mejor del torneo.
A pesar que ya han pasado cuatro años de aquel logro histórico para el futbol mexicano, muchos esperábamos que la mayoría de esa “Generación Dorada”, fueran la sangre nueva para la selección mayor en los meses previos a la Copa Mundial de Sudáfrica 2010. Sólo Vela, “Gio”, Moreno y Juárez, se ven como lo más fuertes candidatos a estar presente en la justa mundialista del próximo año. La mayoría no ha trascendido y otros más se han ido apagando, ya sea por poca continuidad o baja de juego. Hoy “Chucho” Ramírez ya no es director técnico de ninguna selección nacional de edades menores, sino del controvertido Club América de la primera división mexicana.
Y aunque hoy es 2 de octubre muchos recuerdan ese evento deportivo por la hazaña que hicieron nuestros entonces “Niños Héroes", hay otros muchos más que recuerdan esta fecha por lo que pasó en 1968 en el D. F. por los sucesos previos al inicio de los Juegos Olímpicos donde hubo un desmadre. Yo prefiero mejor recordar momentos felices como el 2 de octubre del 2005, aunque muchos no estén de acuerdo conmigo o me critiquen. Pero lo que sí es cierto, a nadie que haya nacido después de 1968 le consta lo que pasó realmente, ya que existen muchas “verdades” e historias sobre lo mismo, y cada grupo manipula lo que desea. Y lo mismo pasa siempre en este día, cuando en la capital nacional cientos de porros, realizan marchas nomás para rayar, dañar o hacer desmadres a propiedades públicas o privadas, como unos verdaderos vándalos.
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