Carta a mi hijo
Txt: Enrique Ramírez López, sección “Perfiles” de El Imparcial, Hermosillo, Sonora, ca. Agosto del 2002.
He decidido reproducir textual e íntegramente esta “carta” muy interesante, que es un recorte del periódico ya citado que he tenido guardado desde hace 5 años atrás, y que por el contenido y las sabias palabras de su autor, bien vale la pena darlo a conocer y lo mucho es cierto.
“Quiero contestar tu carta en igual forma, en virtud de que la distancia me impide hacerlo personalmente, por ahora. Empezaré sobre tu eterno renegar por no haber nacido en el seno de una familia rica. Te diré lo que dice La Carta de la Paz al respecto: Dice que al no casarme con tu mamá y cada uno lo hubiera hecho por su lado, existirían otros, menos tú. Así que acéptanos porque no hay nadie con poder suficiente para modificar esas cosas.
“A mi selecta edad considero tener ciertos fundamentos empíricos para decirte que, dejar de estudiar para ponerte a trabajar y ganar dinero como pretendes, me parece una insensatez de tu parte por esto: la mejor herencia que un padre puede legar a un hijo es un título profesional y las buenas costumbres inculcadas en el seno familiar. En México ya no está muy lejos la guerra de los títulos que impera en Europa; quien no cuente con un título, tendrá que tirar basura porque parece que es lo único que nunca se acabará en este mundo.
“Algunos jóvenes que teniendo manera de estudiar se resisten en hacerlo, cifrando tal vez esperanzas de éxito en la suerte, la osadía, las influencias familiares o en la virtual fortuna que habrán de heredar, pero no toman en cuenta que todo eso puede esfumarse en cualquier momento, o simplemente no darse. Sin embargo, todo lo que aprendes no lo perderás jugando en un casino ni en vicios ni lo consumirá un incendio, ni podrá destruirlo una inundación; tampoco te lo podrá robar nadie; será un tesoro totalmente tuyo mientras vivas.
“Mira, si no repites algún semestre terminarás cuando tengas 23 años, una edad maravillosa para emprender cualquier proyecto, aún diferente a la profesión que hayas estudiado, si es que no deseas ejercerla, pero con los conocimientos adquiridos en la universidad, hasta de barrendero podrás hacerlo mejor, porque aquellos aparecerán en todo lo que hagas.
“Por otra parte, el que no estudia generalmente será obre y el pobre siempre está triste porque resulta muy doloroso para un padre responsable, no poder satisfacer las necesidades básicas de su familia por causa de limitaciones del salario mínimo y ese dolor, no se lo deseo a nadie, menos a ti. Se dice y con razón, que sólo con la educación nuestro país podrá salir del subdesarrollo y en esto tienes la obligación ciudadana de participar; resultaría irresponsable de tu parte no hacerlo. No olvides que al final de los caminos equivocados, está siempre la tristeza.
“Precisamente a causa de no poder solventar un capricho, es que ahora estás pensando en dejar los estudios para ponerte a trabajar, para cubrir el costo de algo que solamente es prioritario para tu vanidad. Tú sabes que estaría dispuesto si fuera necesario, a pedir limosna para costear tus estudios, pero no para caprichos de naturaleza semejante. Aunque es sabido que actualmente no son cosa del otro mundo los costos de estudio. Mí tío Pablito decía que en la vida, de mil diabólicas maneras nos acechan escondidas las fauces de la hienas, ¿y si no se está preparado?
“Tocante al último punto que planteas te diré, que solamente dos cosas, en términos generales, pueden traumar a los niños: el hambre y la falta de cariño. Tu haz tenido algunas veces necesidades, ¡pero hambre no! ¿Cariño?, de eso no te puedes quejar porque tu madre y yo te hemos dado todo el que pudimos generar. Lo que me demuestra de todo esto, es que no ha sido suficiente nuestra comunicación.
“Hijo (incidente que no reflexiona, no causa experiencia) resultaría fabuloso que me dieras la satisfacción de sentirme realizado como padre al titularte”.
Tu padre que te quiere.
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