Monitor Republicano y Liberal ´96

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Investigación histórica, grupera y futbolera

Tuesday, April 10, 2012

Mi novena atlética en Semana Santa 2012. Fortaleza física y mental a prueba




Por Eduardo Marcos


Prólogo

En las siguiente líneas presento una crónica de los nueves días durante los cuales emprendí un proyecto personal y físico-atlético, que cubrió toda la semana santa 2012. Desde hace mucho tiempo tuve en mente realizarlo, para ser exactos en el 2010. En aquel año una causa me impidió cumplirlo y en el 2011 tampoco se dieron las condiciones temporales para cumplir dicho proyecto. En un primer momento tenía en mente que la competencia fuera del jueves santo al domingo de resurrección, es decir cuatro días. Pero esto no me agradó ya que sería poco tiempo para poner a prueba mi condición física, después pensé que fueran los 7 días de la semana, pero tampoco me convenció la idea. Finalmente preferí que fueran 9 días consecutivos. El chiste fue correr dos kilómetros de manera consecutiva, pero en caso que me detuviera entonces la competencia quedaba abolida. No fue un compromiso fácil, ya que correr no es mi especialidad, sino caminar a paso veloz. Tampoco quise hacer los recorridos caminando, porque eso para mí es pan comido. Finalmente pude cumplir mi gran reto físico y personal durante nueve días consecutivos, y por eso presento esta crónica personal.

Día 1, sábado 31 de marzo

Despierto a las 6: 30 a.m. para empezar a aclimatarme al ambiente externo, debo esperar unos minutos antes de que el aire frío toque mi cara. Al salir de la calle noto que hace mucho sol, pero el clima está frío. Como prevención, llevé puesto un chaleco, pero no usé pants para proteger las piernas de lo cual me lamenté. A las 6: 48 salgó de mi hogar rumbo al estacionamiento del estadio. Ya hacía mucho tiempo, quizás desde el 2010, que no iba a hacer ejercicio tan temprano, pero ya tenía en mente que hoy sería el primer día del entrenamiento físico. Llego y veo a algunas personas haciendo ejercicio: una pareja de jóvenes (hombre-mujer) caminando y trotando alrededor del estadio, y dos hombres de unos 50 años de edad. Uno de ellos llevaba puesto un pants todo en color negro, así como gafas y una cachucha. Este último lo había conocido desde el 2009 cuando yo sólo iba los fines de semana a hacer ejercicio a esta hora. Durante veinte minutos realizo el calentamiento que consistió en trotar en línea recta, en zig-zag, levantar-girar piernas en el aire y correr 100 metros hacia atrás (dicen algunos médicos que esta manera es muy útil para prevenir y evitar el mal de alzhéimer, jaja). Hecho el calentamiento, tomo mi celular y activo la música que guarda para hacer más amena la prueba, y luego activo el cronometro. Son cinco vueltas, cada una con una distancia de 400 metros aproximadamente. Durante las dos primeras vueltas no me siento “esforzado”, pero a partir de la cuarta vuelta empieza el esfuerzo físico pero sin mayores complicaciones. Ya en el inicio de la quinta, aplico mi fuerza mental para sobrellevar la prueba y detengo el cronómetro en 13: 19 minutos. No terminé exhausto. Hacía ya baste tiempo que no corría esa distancia en las mañanas. Para hacer más valioso ese tiempo, recordaba que hace años a veces registraba hasta quince minutos y lo que más me extrañó es que mis piernas respondieron bien, ya que por las mañanas casi siempre las siento duras y por eso no acostumbro a correr por las mañanas. Este primer día fue un buen comienzo.

Día 2, domingo 01 de abril

Un día antes a eso de las 7 p.m. empiezo a sentir ligeramente cansancio en mis piernas, muy probablemente por la falta de costumbre de no haber corrido esa distancia desde hace mucho tiempo. Aun así, no pienso rendirme fácilmente para este segundo día. Despierto a la misma hora, sé que es domingo y que en este día a cualquiera le da la flojera de levantarse temprano y menos para ir a hacer ejercicio. Salgo de la casa las 7 a.m. por cuestiones de precaución, ya que a esa hora es más fácil encontrarse con un alcohólico, ebrio o borracho a bordo de su automóvil y conduciendo de manera imprudente por las calles. Así que camino con mucho cuidado y estoy en mis five senses al 100%. Llego al estadio y veo sólo a una pareja joven (hombre-mujer) caminando juntos alrededor del sitio. Aunque también alcanzo a ver que hay otras personas que están jugando tenis mucho en unas canchas especiales para ese deporte. El clima fue igual que ayer: muy soleado y frío, llevo otro chaleco como abrigo y ahora sí con pants. Inicio con el calentamiento por espacio de veinte minutos, y durante ese lapso recuerdo el triunfo del Tricolor Sub-22 de 3-1 sobre Canadá que les dio el pase a los nuestros a los Juegos Olímpicos de Londres a celebrarse este año. Después del calentamiento siento el cansancio más acentuado en mis piernas, tengo activada la música y programo el cronometro. Al iniciar la cuarta vuelta empiezo a sentir la resistencia del viento, así que sobrellevo la prueba con un ritmo normal. Finalmente cumplo con mi meta, deteniendo el crono en 13: 44 minutos, un tiempo normal teniendo en cuenta que esto puede pasar cuando tengo carreras consecutivas y más aun cuando he perdido la práctica. Celebro con los brazos abiertos y en alto, y digo “Yeah, yeah!....”

Día 3, lunes 02 de abril

Igual que ayer despierto a las 6: 30 a.m. y amanezco con las piernas también cansadas, principalmente en la parte de los muslos. Me quiere ganar el derrotismo para no levantarme e irme a la sección de ejercicios. El clima de hoy lo sentí más frío que en las dos mañanas previas, así que salgo con pants y chaleco. Como es un día hábil aun, aprecio un fuerte flujo de carros y personas transitando por las calles. Llego al estadio y solo veo unas cuántas personas haciendo ejercicio matutino. Hay pocos “tenistas” presentes por el poco de número de automóviles estacionados que todos usan, pero quizá por ser día hábil con respecto a los dos días previos. Esta vez me encuentro a un señor de unos 55 años que conocí desde el 2007 cuando yo venía muy seguido aquí, pero que sólo camina ya que según él una vez me comentó que tiene problemas en la columna. Al verlo más de cerca, lo saludo. Empiezo con mi calentamiento por espacio de 20 minutos y activo el reproductor de música para que sea más agradable el momento. Después activo el cronómetro y empiezo con mi recorrido con el temor que no pudiera terminarlo por el cansancio de mis muslos. Al concluir la tercera vuelta, empiezo a sentir la desesperación de que no me venza el cansancio, no me siento exhausto sino que las piernas no me responden. Entonces aplico mi fuerza mental para no pensar en este factor. Finalmente concluyo las cinco vueltas con un tiempo de 13: 41 minutos, que significó bajar 3 segundos con respecto al día anterior pese al cansancio que sentí más acentuado.

Día 4, martes 03 de abril

Parecía que esta mañana iba a ser muy fría, ya que la noche previa se sentía un viento fresco e incluso daba la impresión que habría lluvia durante la madrugada, lo cual no ocurrió para mí fortuna. Por primera vez no amanecí tan cansado como en las dos mañanas previas, quizá mi cuerpo comenzaba adaptarse a este ritmo cotidiano. Otra vez encontré poca gente haciendo ejercicio en la mañana, pero sí hubo varios tenistas por el número de carros que alcancé a ver. Empecé con el calentamiento por el espacio de veinte minutos. Estaba contento otra vez porque la noche previa nuestros compatriotas de la selección mexicana Sub-23 de futbol habían derrotado a Honduras 2-1 en tiempos extras después de estar abajo en el marcador inmerecidamente al inicio del segundo tiempo. Fue un partido sufrido para los mexicanos, pues los hondureños se cerraron después de su gol y luego empezaron a tirar patadas a los “verdes”. Finalmente lograron conquistar el trofeo de campeones de la región después de 120 minutos de acción. Al estadio había vuelto el señor del pants en color negro que se había ausentado las dos últimas mañanas y al que saludé amablemente cuando lo vi más de cerca. Ya estaba el reproductor de música activado, programé el cronómetro e inicie con las cinco vueltas. Debo decir que no tengo una complexión delgada, pero puedo presumir con mucho orgullo que poseo un par de piernas fuertes y torneadas, mejores que de muchas mujeres. Esto se debe a que desde hace muchos años he jugado futbol, he corrido y camino de manera constante. Ya para la última vuelta ya no me sentía desesperado por cumplir con esta meta parcial. Al final cronometré 13: 42, un segundo más que ayer pero terminé mejor.

Día 5, miércoles 04 de abril

Despierto ligueramente con los ojos irritados, no sé si esto se haya debido a que a las 5: 00 a.m. salí de mi cuarto de manera repentina a espantar un perro que estaba ladrando muy agresivamente cerca de casa. Llego al estadio a las 7: 00 a.m. y empiezo con el calentamiento por espacio de veinte minutos. Vuelvo a ver al señor del pants en color negro caminando alrededor del estadio. Casi vacío está el lugar, incluso hay pocos tenistas, supongo que la mayoría que viene por las mañanas ha salido de paseo con motivo de la semana santa mayor. Durante el calentamiento, he extraño ir las dos últimas tardes a jugar futbol en este mismo lugar, pero no he querido hacerlo para no abusar del físico. Inicio con mi prueba en este quinto día, al principio me siento bien, pero al cumplir el 40% del trayecto siento que mi pierna izquierda no me responde del todo como la derecha. Por un momento me entra la desesperación de abandonar la prueba y digo entre mí, “no puedo rendirme aun, falta mucho”. Entonces decido concentrarme emocionalmente y aplico un ritmo normal. Esa molestia física de la pierna, me hace sentirme incómodo, pero me distraigo con la música del celular. Al iniciar con la última vuelta estoy más tranquilo y siento, sin ver el cronometro, que puedo terminar en buen tiempo. Faltando 200 metros siento que voy a buen ritmo y que puede bajar los 13: 42 y pienso intentarlo; en los últimos 20 minutos acelero con todo y paró el cronómetro en 13: 27. Termino exhausto, pero contento. Parecía que no lo lograría. Poco después llega el señor del pants negro y me preguntó qué tipo de entrenamiento estaba realizando. No me había dado cuenta que él era el dueño de un “carro de paletas” (un jeep rubicon en color blanco) que estaba estacionado por ahí cada vez que él hacía ejercicio. Pero esta vez el se fue primero. Y finalmente como dice el dicho “No hay quinto malo” y termine en buen tiempo esta quinta prueba.

Día 6, jueves 05 de abril

Este día amanecí por primera vez con la idea de no seguir con esta prueba personal, la verdad que ha resultado algo difícil cumplirla. Ya se nota poca gente a esta hora de la mañana, y al llegar al estadio veo al señor del pants de negro haciendo ejercicios de calentamiento cerca de su “carro de paletas”. Durante el calentamiento de veinte minutos, pienso en lo que he aprendido del idioma inglés durante el último mes de manera intensa a uno días de iniciar un curso formal en una institución pública local. En este mes, he visto series y películas preferidas con audio y subtítulos en inglés para familiarizarme con los diálogos y frases más comunes, ya que mi intención es hablarlo de manera extensa para conversaciones en un periodo no mayor a seis meses. También he leído textos en ese idioma y transcrito otros más como practica mental. A veces me sorprende como algunos actores hablan el inglés de manera rápida y con voz baja que casi ni se les entiende. Después del calentamiento inicio con la prueba, pero esta vez la realizo de manera tranquila ya que no me siento fuerte debido que ayer fue un gran esfuerzo. Poco antes de terminar con la segunda vuelta, veo que un megatrailer quiere entrar al estadio por uno de los accesos principales, pero tiene problemas su conductor para lograrlo debido a su gran tamaño y longitud. Finalmente después de más de 10 minutos, lo logró. Al iniciar con la última vuelta, sigo con el mismo ritmo y detengo el cronómetro en 14: 26 minutos, es decir, un minuto más que ayer!!. Esta vez la llevé tranquilo, espero mañana para ir por la revancha.

Día 7, viernes 06 de abril

Viernes santo! Ya estoy cerca por cumplir mi primera gran meta atlética de este año. Salgo a las 7: 00 a.m. de mi home y noto que la avenida está sin movimiento de personas y de carros. Hoy no hizo frío matutino como había sido durante el transcurso de esta semana. Llego al estadio y está solo sin persona alguna haciendo ejercicio. No veo al señor del “carro de paletas”, posiblemente salió de viaje a su pueblo de origen como me lo había comentado ayer antes de irse del estadio. Lo que sí noté fue el aumento de tenistas en este día, debido al gran número de carros estacionados cerca del estacionamiento. Inicio con el calentamiento y ya no siento ese cansancio matutino de las piernas como sucedió en los primeros días. Durante el transcurso del calentamiento, hago memoria de la obra Ocho mil kilómetros en campaña del general sonorense Álvaro Obregón que escribió y mandó a publicar en 1917 la cual he estado revisando en estos días. Es una edición de lujo (2009) que me obsequió en días pasados una colega “histórica” a quien aprecio mucho y he leído los textos introductorios y finales que contiene dicha obra. La verdad que yo siempre he admirado al general Obregón… sólo como estratega militar, pues nunca perdió una batalla o guerra en las que estuvo al frente, a pesar que nunca estudió la carrera de las armas. Antes de iniciar con mi prueba, veo que llegan en carro un padre de familia en compañía, al parecer, de sus dos hijos quienes dan una vuelta al estadio durante unos 10 minutos. Inicio con buen ritmo esta prueba con la idea de bajar mi tiempo con respecto al día anterior. Al iniciar con la quinta vuelta acelero el ritmo poco a poco hasta llegar al tope en los últimos 20 metros. Finalizó con 13: 31 minutos y celebro haciendo un baile a ritmo de cumbia grupera. Al regresar a casa, ya se nota un fuerte movimiento de personas y vehículos circulando por todos lados. Más tarde, fui a un cine local a ver una película de acción en compañía de una camarada que me invitó y que yo aprecio mucho.

Día 8, sábado 07 de abril

Sábado de gloria!! (y también de futbol). En este día despierto cinco minutos antes que suene la alarma despertadora y con muchos ánimos de continuar con mi reto personal. Percibo que no hace frío, así que me alisto para salir por mi octava “corrida”. Salgo rumbo al estadio y la calle está totalmente desolada, y esta vez vuelvo a usar short como lo fue el pasado sábado, aunque sí llevo el chaleco. Al llegar al estadio, sólo alcanzo a ver como unos diez carros de tenistas que siempre asisten los fines de semana a jugar, pero nadie está haciendo ejercicio en el estacionamiento. Empiezo con el calentamiento durante unos 25 minutos y siento un poco de flojera porque mis piernas están duras. Después de terminar con esta parte, siento por primera vez mucho calor, debido al esfuerzo, al pesado sol que impera y al chaleco. Durante el calentamiento escucho música grupera y empiezo a analizar las causas posibles de la decadencia de este ritmo que brilló con mucha intensidad en el pasado. Todavía, hace diez años la industria de este género musical era una de las mejores debido a la calidad y cantidad de interpretes/ grupos del momento, así como de los temas que se grabaron. Ahora todo ha cambiado y confirmo una vez más que la década de los 90 fue la mejor época para el gruperismo romántico. Al iniciar con la segunda vuelta, me lamento de haber llevado puesto el chaleco debido al fuerte sol que ya siente. Llevo un ritmo bueno y dudo que mi tiempo vaya a ser mejor que ayer. Pero antes de iniciar con la quinta y última vuelta, el reproductor de música activa el tema “Gracia mil” de BXS (2011), una de las canciones más emotivas que he escuchado en los últimos dos años, y me motiva para acelerar el ritmo deteniendo el cronómetro en 13: 30 minutos. Es decir, un segundo menos que ayer. No lo podía creer! Dos horas más tarde salgo de paseo a un “pueblo-barrio” cerca de aquí, que es conocido como la cuna de las “coyotas”. Al regresa a casa, me doy un chapuzón con todo y ropa para celebrar el sábado de gloria. Estoy a 2 km de lograr mi meta.

Día 9, domingo 08 de abril

Domingo de resurrección!!! Es el último día de mi gran reto atlético de lo que va en el presente año. Despierto a las 6: 30 a.m. y salgo media hora después. La calle está totalmente desierta, pero estoy concentrado con mis cincos sentidos ante un eventual riesgo de parte de algún conductor que ande trasnochado o ebrio que pudiera toparme. Hoy también salí con short y chaleco, por sí las moscas. Llego al estadio y solo veo vehículos de los tenistas y empiezo con mi calentamiento con la esperanza de terminar mi última “corrida” con un buen tiempo. Esta vez el calentamiento dura 30 minutos y al principio sentí duras mis piernas, quizá por lo que pasó ayer. Después llega una pareja (hombre-mujer) en su carro, se bajan y sólo caminan por espacio de 20 minutos. Ya no volví a ver al señor del “carro de paletas”. Durante esta media hora, empiezo a recordar todas aquellas complejas pruebas físicas que he realizado en los últimos años. Recuerdo que la primera fue haber corrido 10 km. de manera continua (aunque fuera a paso lento) en 1999, otra fue ir al Cerro de la Virgen recorriendo esa misma distancia pero a pie, siendo de noche y en terreno accidentado al que nunca había ido en el 2008. Estoy a una prueba de cumplir objetivo trazado. También pienso que podré yo obsequiarme como premio en caso de cumplir mi novena atlética; podría ser una medalla, un trofeo, un balón de futbol, comprar un libro o CD de música original o una camiseta futbolera de buena calidad. Pero pienso que lo mejor es el balón, uno de buena calidad. Me preparo para la salida ya con la música activada y el cronometro; espero bajar de los 13 minutos para cerrar con broche de oro. Durante las dos primeras vueltas voy a un buen ritmo, trato que no me gane la ansiedad por terminar esta última prueba. En el inicio de la tercera vuelta empiezo a sentir una ligera molestia en la pantorrilla derecha, pero esto no fue suficiente para alcanzar mi meta. Al iniciar con la quinta vuelta, siento que voy a buen ritmo y acelero muy pronto sin esperar los últimos 100 metros. Digo entre mí “hay que tener mucho corazón y piernas” para terminar. Conforme me acerco a la meta acelero el ritmo y en los últimos 40 metros incremento todo mi potencial físico, mientras voy sacando el celular de una de las bolsas de mi chaleco y tener listo para detener el cronómetro. Cruzo y lo detengo para mi sorpresa en 12: 45 minutos!! Termino exhausto y siento ganas de vomitar por el esfuerzo realizado; menos mal que nunca como nada en pruebas físicas de alta exigencia. Levanto mis brazos al cielo y celebro con gran euforia por este gran reto físico que me establecí al inicio de este año y que no pude realizar en el 2010 y en el 2011. Más tarde hice “talacha” en la casa y horas más tardes el Guadalajara perdió el clásico nacional ante el América. Qué pena.

Epílogo

Sí, sí resultó difícil para mí cumplir con esta prueba física. No soy un atleta de tiempo completo y por lo tanto no tengo una figura esbelta clásica de un deportista. Soy de complexión robusta, pero eso no me ha impedido a que haga ejercicio, corra o juegue futbol a un alto nivel físico. Podría decir que he conocido dos futbolistas que dicen que están muy corpulentos. El caso más típico fue del delantero paraguayo Salvador Cabañas que antes de sufrir el fatal atentado en su cabeza en el 2010, era criticado por muchos por ser “gordo” y sin embargo era ágil y rápido para meter goles en jugada en personales y mano a mano contra los porteros; el otro es el chileno Humberto Suazo que es un delantero corpulento y peligroso en el área enemiga.

Como dije al principio, esta prueba fue para poner a prueba mi condición física (para terminarla toda), mi disciplina táctica (para cumplir todos los pasos), mi espíritu de lucha (para no rendirme en momentos críticos) y mi salud en general. Por supuesto que no hubo algún juez, arbitro o autoridad que diera fe de lo que hice en esos nueve días, pero no importa ya mientras yo sepa y me conste que cumplí puedo presumirlo con mucho orgullo y alegría. Y porque fue verídica esta prueba, la dejo plasmada en estas líneas como testimonio para el futuro. También tengo en mente otra prueba física, que consiste en caminar a paso veloz 4 kilómetros en menos de 40 minutos en este mismo lugar.

Por último, quiero expresar que soy un hombre de palabra con mucha disciplina táctica, garra, corazón y espíritu de lucha. Soy un ciudadano que cree en su país pese a los grandes problemas que padecemos millones de mexicanos en este momento. Aun así, yo siempre seré un ciudadano REPUBLICANO, LIBERAL y también PATRIÓTICO en pro de mi país que es MÉXICO.