El interaccionismo simbólico y el estudio de la microsociología de Erving Goffman
Por Eduardo Marcos
Durante un curso teórico denominado “Corrientes del Pensamiento Social Contemporáneo” que llevé hace varios años atrás, tuve la oportunidad de conocer, estudiar y analizar las distintas corrientes sociológicas derivadas del estructuralismo que más impacto han tenido en el campo de las ciencias sociales durante el siglo XX, particularmente aquellas que se enfocan a las conductas individuales del hombre como sujeto y objeto de estudio a la vez. En este texto, explicaré brevemente una estas corrientes de mayor relevancia que sentó fuertes bases teóricas-sociológicas en la aplicación de estudios sociales, como es el interaccionismo simbólico, que emergió en los Estados Unidos en la década de los años veinte en el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago. Vino a ser una respuesta radical contra la sociología, en particular al funcionalismo estructural de estudiar a la sociedad mediante estructuras de grandes grupos humanos y no enfocarse a la relación directa entre individuo-individuo. De acuerdo a información bibliográfica, el término interaccionismo simbólico fue acuñado en 1937 por Herbert Blumer (1).
Como toda teoría sociológica, el interaccionismo simbólico tiene un padre fundador que en este caso es George Herbert Mead, quien fue el precursor de una serie de teorías filosóficas que la consolidaron y que tuvieron impacto en la sociología durante gran parte del siglo XX. Pero también hubo otros nombres que dejaron escuela dentro de esta corriente con algunas variantes, tales como Charles Cooley, William James, John Dewey, Herbert Blumer y Erving Goffman, todos ellos norteamericanos (2). Esta corriente sociológica también rompió con el patrón tradicional de las escuelas de origen europeo que surgieron en el siglo XIX y que tuvieron gran influencia en los Estados Unidos y Latinoamérica.
De acuerdo con George Ritzer, las raíces históricas e intelectuales del interaccionismo simbólico, son la filosofía pragmática, el conductismo psicológico y la sociología simmeliana, influenciadas principalmente por las teorías de Dewey y Mead. Que el pragmatismo es una amplia perspectiva filosófica en la que pueden identificarse diversos aspectos que influyeron en el desarrollo de la orientación sociológica de Mead (3). En esta filosofía, se identifican tres aspectos centrales del interaccionismo simbólico que se citan a continuación: 1).- análisis de la interacción entre el actor y el mundo, 2).- concepción del actor y del mundo como procesos dinámicos y no como estructuras estáticas, y 3).- enorme importancia asignada a la capacidad del actor para interpretar el mundo social
Lo que se intenta explicar es que el interaccionismo simbólico, que aunque los macrofenómenos existen, no tienen “efectos independientes y determinantes sobre la conciencia y la conducta de los individuos”, por lo que bajo esta perspectiva concibe a los individuos como actores libres que modifican o alteran las normas, los roles, las creencias de una determinada comunidad, de acuerdo con sus intereses personales y planes del momento. Tal será el caso de la tesis de Erving Goffman que se analiza más adelante. Mead ha acuñado dos formas o niveles de interacción social: “conversación de gestos” y “empleo de símbolos significativos”, a los que Blumer los denomina “interacción no simbólica” e “interacción simbólica”, respectivamente. La primera tiene lugar cuando una persona responde directamente al acto de otra sin interpretarlo con las palabras; la segunda implica la interpretación del acto mediante las palabras. Todo grupo o sociedad humana se compone de personas en asociación, las cuales adoptan necesariamente la forma de individuos que actúan recíprocamente entablando una interacción social que se ejerce a un nivel simbólico. La vida en grupo constituye un vasto proceso consistente en definir al prójimo de lo que va hacer, y al mismo tiempo en interpretar las definiciones formuladas por los demás.
En términos generales, yo deduzco que el interaccionismo simbólico considera que una sociedad humana se compone de personas comprometidas en el acto de vivir, en el cual la vida es un proceso de continua actividad en la que los participantes desarrollan líneas de acción ante las innumerables situaciones que han de afrontar. Las personas que viven en un mundo de objetos y significados de los mismos, son guiadas por estos en su orientación y actos. H. Blumer ha abordado el interaccionismo simbólico como una perspectiva dentro de la ciencia social empírica, un enfoque encaminado a ofrecer un conocimiento verificable de la vida en grupo y el comportamiento humano (4).
Las ideas de Mead sobre el interaccionismo simbólico, giran en su obra de mayor trascendencia Mind, Self, and Society (Espíritu, Persona y Sociedad), en la que para él la psicología social tradicional partía de la psicología del individuo para explicar la experiencia social. Para Mead, el “todo social” precede a la mente individual lógica y temporalmente; y en su teoría, el individuo es imposible sin un grupo social que le precede. Maneja conceptos para explicar la conducta del individuo, tales como “actos”, “gestos”, “símbolos significantes” y el “self” (el yo mismo) (5).
Este último concepto considera la capacidad de considerarse a uno mismo como objeto; tiene la capacidad de ser tanto sujeto como objeto y surge con el desarrollo a través de la actividad social y las relaciones sociales. El “self” está relacionado con la mente, y aunque es un proceso mental, es más bien un proceso social; y el mecanismo general para su desarrollo es la reflexión o la capacidad de estar inconscientes en el lugar de otros y de actuar como lo harían ellos (6). Otros conceptos del interaccionismo simbólico son “interacción social”, el “acto” y la “acción conjunta”. Pero que para este presente ensayo, me enfocaré en estudiar los dos primeros, los cuales Goffman analiza en sus trabajos. Reflexionando, el interaccionismo simbólico critica a la sociología tradicional por estudiar macroestructuras, descartando al pensamiento macrosociológico por dejar de lado la conducta mental del individuo. Los sociólogos tradicionales ven a las personas que participaron en grandes eventos como individuos sin capacidad de pensar; pero que para los partidarios del interaccionismo, las personas influían de manera trascendental en importante dichos eventos.
De acuerdo con George Ritzer, señala cuatro grandes críticas para esta teoría. La primera es que rechaza impetuosamente técnica científicas convencionales; segundo, porque maneja conceptos confusos e imprecisos, que son incapaces de proporcionar firmes pilares a la teoría y la investigación. Una tercera es porque ignora o resta importancia a las macroestructuras, dejando de lado la interconexión de los resultados. Y la cuarta porque no es suficientemente microscópico, al ignorar factores psicológicos como las necesidades, los motivos, las intenciones y aspiraciones del hombre, concentrándose en los significados, los símbolos, la acción y la interacción.
El caso de Goffman. Una propuesta de análisis de estudio en micro
Como ya expuse en líneas anteriores, el concepto más importante del interaccionismo simbólico es el self, el cual tiene sus mayores alcances en la obra La Presentación de la Persona en la Vida Cotidiana (1959) de Erving Goffman, quien es uno de los grandes representantes de esta teoría. Goffman en la aplicación de sus estudios en micro, construyó otros conceptos referentes al self. Según Ritzer, sus teorías estuvieron influenciadas en la Universidad de Chicago y a gracias a sus estudios, dio origen a un nuevo derivado de análisis sobre la conducta de individuos que conviven en pequeñas comunidades. Por lo anterior, realizaré una breve interpretación de sus aportaciones a la sociología y un boceto biográfico de su trayectoria (7).
Erving Goffman nació en Alberta Canadá el 11 de junio de 1922. Sus padres fueron de origen ruso (ucranianos) que emigraron en oleadas a América del Norte para establecer varias colonias, entre ellas la de Manitoba. Realizó sus estudios básicos en la Saint John´s Technical High School y en 1939 ingresó a la Universidad de Manitoba para estudiar Química. En 1944 entró a la Universidad de Toronto para estudiar un diplomado en Sociología por invitación de Denis Wrong y obtuvo el grado en junio de 1945. Posteriormente, en septiembre de ese año ingresó al doctorado en el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago, rechazando los planes de estudio de Columbia y Harvard, en compañía de Ray Birdwhistell y de Liz Bott.
Durante su doctorado, Goffman recibió la influencia académica de George H. Mead y Herbert Blumer, pero para él su “santo patrón” sería Everett Hughes. Lloyd Warner influyó en su formación con cursos de sociología y antropología en la aplicación de estudios sobre pequeñas tribus indias del cercano Oeste americano. En diciembre de 1949, Goffman presentó su tesis de Maestría en la Universidad de Chicago titulada “Características de la reacción a la experiencia figurada” y en ese mismo año, viajó a la Universidad de Edimburgo en donde se reencuentra con Warner para iniciar un trabajo de campo en las islas Shetland (al norte de Escocia) de diciembre de 1949 a mayo de 1951, y que serían su “terreno fértil” para su tesis de doctorado. Warner que sería su director de tesis, le sugirió que hiciera un estudio comunitario para exponer la estructura social de la microsociedad de la isla.
En julio de 1952, Goffman contrae matrimonio con Angélica S. Choate y en la primavera de 1953 presenta y defiende su tesis Communication Conduct in a Island Community para recibir el grado de doctor en Sociología. En 1961 publica una obra relevante basada en su experiencia personal de convivir en un siquiátrico: Internados. Otras obras que constituyeron parte de su estudio de la interacción entre individuos son la ya citada La presentación de la persona (1959), Estigma y Conducta en Lugares Públicos (1963), Análisis Estructural (1974) y Formas de Tacto (1981). En 1982 fue nombrado Presidente de la Asociación Americana de Sociología y el 20 de noviembre de ese año muere víctima de cáncer, sin haber presentado su discurso de bienvenida frente a la asociación.
Durante la revisión de los materiales bibliográficos disponibles, encontré una cantidad importante de conceptos que durante sus trabajos manejó de manera constante, siendo los más importantes los siguientes y que están relacionado entre sí: “orden social”, “interacción social” y “orden de la interacción”. Asimismo, en La Presentación de la Persona, maneja otros más que se refieren a las actuaciones o técnicas que los individuos emplean durante sus conversaciones con otros dentro de un espacio físico: “fachada”, “dramaturgia”, “idealización”, “control expresivo”, “tergiversación”, “mistificación”, “realidad” y “artificio”.
Cabe resaltar que cada uno de estos, son aplicados ya sea de manera involuntaria o inconscientemente por las personas, dependiendo de las circunstancias o intereses que estén en juego, y aquellas pasan a ser “actores” como si se desplazaran en una escena teatral. Para Goffman uno de los conceptos más relevante fue la “interacción social”, a la que define como “la influencia recíproca de un individuo sobre las acciones del otro cuando se encuentran en ambos en presencia física inmediata”. También la define como la “interacción total que tiene lugar en cualquier ocasión en que un conjunto dado de individuos se encuentra en presencia continua” (8).
Con su tesis doctoral que presentó en 1953, Goffman fue cuestionado por sus sinodales por haber estudiado una comunidad aislada y con escasa población, con la cual pretendía buscar una nueva explicación teórico-social sobre la conducta de individuos que estuvieran relacionados con otros en pequeñas comunidades, como fue el caso de las islas Shetland. Para este fin, tuvo que observar las conductas de sus habitantes al convivir con ellos todos los días, tomando notas, apuntes, sacando reflexiones a solas durante los cuatro años que estuvo viviendo en aquellas islas. Este estudio fue una propuesta sugerida por Warner para llevar un estudio comunitario con el fin de exponer una estructura social de la microsociología.
De alguna otra forma, yo veo que Goffman aplicó la antropología en el análisis de la conducta de sus habitantes. Supongo que también trató de formar sus propios conceptos y teorías, en vez de influenciarse totalmente del mismo Warner y de Hughes. Es posible señalar que al arribar a estas islas a la que nunca había estado, su relación con sus habitantes en un principio fue cerrada, tal como Yves Winkinn lo señaló que es una comunidad conservadora, callada, sobre todo ante los extranjeros, agregando además que aquel joven le gustaba entablar una fuerte comunicación con todas las personas (9).
Con lo anterior expuesto, yo me pregunto ¿por qué Goffman prefirió no estudiar las comunidades indias del Oeste de Estados Unidos, en vez de estudiar aquella región europea cuando su formación era americanista y aplicable para esta sociedad? Quizás para poner a prueba sus ensayos de análisis de interacción durante su formación académica, sin seguir del todo la influencia de sus maestros, lo cual generó opiniones encontradas durante la presentación de su tesis entre Warner y Hughes. Otro punto que quiero resaltar dentro de los estudios de Goffman, es el hecho de haber interactuado con “enfermos mentales” en el hospital de Sainte-Elizabeth en Washington, al aplicar sus conceptos y teorías en otra pequeña comunidad, sólo que ahora las condiciones fueron diferentes: un espacio físico delimitado y no público en el cual conviven personas que entre sí que no están bien con sus facultades mentales, y que él convivió entre ellos (día y noche) para estudiar su conducta y hacer contrastes con los “sanos de afuera”. De esto, Isaac Joseph aborda de manera más general en su obra Erving Goffman y la Microsociología (10).
El concepto de mayor importancia que Goffman ha dejado en el estudio de la microsociología a través de sus trabajos y aportaciones, es el “orden de la interacción” al que define como la relación que se da exclusivamente en las situaciones sociales, en las que dos o más individuos se hallan en presencia de sus respuestas físicas respectivas (11), y cuyo método preferencial de estudio es el microanálisis. Se establece la hipótesis de que la necesidad de interacción cara a cara está enraizada en ciertas precondiciones universales de la vida social. Hay una condición de la vida social que destaca enormemente cuando los individuos están en presencia de otros: su carácter provisorio e indicativo. Los individuos, en presencia de otros, se encuentran en una posición ideal para compartir un mismo foco de atención, percibir que lo comparten.
La “territorialidad” fue otro concepto secundario que yo encontré de manera implícita durante la lectura de los textos, el cual se presenta entre dos individuos que entablan una conversación y que cobra importancia con la presencia de un tercero, al cual no pueden ignorar sin conocer sus intenciones (buenas o malas) por ser un extraño. Según Yves Winkin, el funcionamiento del “orden de la interacción” puede interpretarse como la resultante de varios sistemas para facilitar las conversaciones, en el mismo sentido que las reglas de un juego, las normas de tráfico o la sintaxis de una lengua. Hay ciertos lugares o sitios que pueden interferir en una buena relación: la calle, el metro, el ascensor, etc. porque pueden resultar peligrosos. Bajo este concepto, las personas son vistas como entidades vehiculares o unidades deambulatorias humanas.
Después de leer y tratar de analizar el interaccionismo simbólico, y en particular la microsociología de Goffman, yo afirmo que las personas son impulsadas por sentido común más que por reglas determinadas, mediante estrategias de actuación en relación con otros individuos a través del “orden de la interacción”. He llegado a comprender que la microsociología es una sociología de encuentros, circunstancias, momentos y lugares en donde los individuos son los actores, en busca de intereses personales. Para Isaac Joseph, no es posible comprender la obra de Goffman sin vincularla en los debates sobre el objeto y los lenguajes de la sociología, sin recordar el espacio de controversias que la constituye y el legado problemático que la fundó, a principios de siglo, tanto en Durkheim como en Simmel (12). Y que las interacciones cara a cara son un campo estratégico de estudio, porque ponen en escena las pequeñas y grandes maniobras del actor social (persona) que se encuentran alojadas ante la señal de amenaza y riesgo.
Finalmente a partir de lo anterior, quiero cuestionar si la “interacción social” se puede dar entre dos personas desconocidas que tratan de conocerse lo más posible cuando se ven por primera vez y se comunican en un espacio físico determinado (público o privado), como en una oficina, en una cantina, en una entrevista de trabajo, etc. Pero cuando la “interacción social” se da en un espacio no físico, resulta interesante conocer el comportamiento o conducta de cada uno de los actores, como es una comunicación por teléfono (sin existir espacio físico y cara-cara), tal como lo señala Isaac Joseph en Erving Goffman y la Microsociología.
Actualmente también existe otro tipo de “interacción social” que es el cyberchat por medio del internet entre dos individuos, que en la mayoría de los casos entablan una relación lejana y armónica sin saber cómo es la otra persona físicamente, pero que Goffman no abordó esta situación en sus trabajos porque en su época no existía el internet como uso masivo. Mi pregunta es la siguiente, ¿para Goffman hubiera significado lo mismo con este último ejemplo al analizar el comportamiento sin existir un espacio físico de por medio?, o ¿simplemente lo vería con otro enfoque o no le daría relevancia alguna? Una crítica que puedo hacer en contra de este sociólogo es que sus trabajos se refieren a las conductas cotidianas de la sociedad norteamericana de manera exclusiva, pero qué tanto pueden ser aplicables en otras sociedades diferentes a la norteamericana como la nuestra u otras del Tercer Mundo en las cuales el nivel de vida de muchas comunidades aisladas es pésimo en calidad y bienestar socioeconómico.
Citas:
1 Herbert Blumer, El interaccionismo simbólico. Perspectiva y método, Hora, S. A., Barcelona, Esp., 1982, s. p. (en prólogo).
2 George Ritzer, Teoría sociológica moderna, 5ª edición, Mc Graw-Hill, Madrid, Esp., 2002, p. 248
3 Idem.
4 Herbert Blumer, El interaccionismo, p. 16.
5 George Ritzer, Teoría sociológica, p. 252.
6 Ibidem., p. 264-265.
7 Esta breve reseña biográfica fue tomada del apartado “Erving Goffman. Retrato del sociólogo joven”, pp. 11-85, del libro Los momentos y sus hombres: Irving Goffman. Textos seleccionados y presentados por Yves Winkin, Paidós Comunicación, Madrid, Esp., 1991.
8 Erving Goffman, La Presentación de la Persona en la Vida Cotidiana, Amorrortu Editores, Buenos Aires, Arg., 1981, p. 27.
9 Yves Winkin, Los momentos, p. 53.
10 Isaac Joseph, Erving Goffman y la microsociología, Gedisa Editorial, Barcelona, Esp., 1999. En el capítulo “Lugares y ocasiones” de este libro, Joseph expresa que Goffman analizó la conducta de una señora que está internada en un hospital, escribiendo su comportamiento durante su estancia.
11 Y. Winkin, Los momentos, p. 173.
12 Isaac Joseph, Erving Goffman, p. 15.
Foto: http://javierprietogonzalez.blogspot.com/2011/11/sociedades-y-mundo-de-la-teoria-la_17.html
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