Monitor Republicano y Liberal ´96

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Investigación histórica, grupera y futbolera

Friday, October 30, 2009

Los Mendívil. Biografía de su gloriosa y breve trayectoria musical, 1997-2005



Pa´” la “Gely_quehueva” originaria Los Mochis, que alguna vez fue para mí una ilusión platónica (que quise de corazón) no hace mucho tiempo y que no pudo ser.

Por Eduardo Marcos


En esta ocasión voy a narrar la historia musical de un grupo versátil que tuvo mucho éxito, aunque de corta trayectoria (1997-2005), en la región media del Noroeste de México y que me gustó mucho su estilo instrumental. Me refiero a Los Mendívil, agrupación que debutó en el contexto hace doce años, de estilo romántico mezclando toques de conjunto norteño, el cual conquistaría de manera casi inmediata a un amplio público.

Este grupo fue formado y encabezado por los hermanos Jacinto y Sergio Mendívil, quienes también fueron piezas claves en El Grupo Libra desde finales de la década de ochenta hasta a mediados de los noventa y que alcanzaron su consolidación nacional con el tema “Del Signo Libra” (1992), tema del mismo Jacinto. Originarios del poblado de Macapule, en el municipio de Choix (Sinaloa), Los Mendívil con la disquera Balboa Records grabaron en aquel año su primer material discográfico y bajo la dirección artística de Rafael Guadarrama (quien también estuvo en Libra) y el cual se tituló Si Dios me lleva con él, que pese a no gozar de una fuerte mercadotecnia como ha sucedido con muchos grupos y cantantes efímeros, tuvo cierto éxito entre la gente amante de la música romántica grupera.

Pues bien, este grupo me llamó mucho la atención cuando yo en ese entonces residía en Guaymas por la combinación de ambos toques gruperos, que a pesar de incluir el acordeón en todas sus canciones y de que algunos de sus integrantes se vestían con ropa vaquera, no se le podía considerar como un grupo 100% norteño, sino más bien como grupo-grupero. Este hecho, los hacía diferente a El Grupo Libra. Según lo que he sabido a través del internet, al parecer en noviembre de 1997 sacaron a la venta su primer disco titulado, del cual se desprendió como tema de debut la canción del mismo título. En mi caso particular, fue en enero de 1998 cuando se escuché por primera vez ese tema en una radio local, una bonita balada del dueto Enrique Londaits y Alejandra A. (al parecer argentinos) y que me resultó extraña ya que al escuchar la voz del intérprete (Sergio Mendívil), pensé que era un imitador de Libra, ya que tenía entendido que él todavía seguía en este último grupo. Pero después supe que se trataba del mismo y que había dejado a esa agrupación a mediados de 1997.

De hecho, El Grupo Libra en aquel verano de 1997 también estrenó vocalista que al principio se le parecía mucho la voz a Sergio cuando interpretaron el tema “Te amo” del cantautor sinaloense Pancho Barraza y que también fue un éxito radial. Los Mendívil más o menos se mantuvieron estables durante la mayor parte de 1998 en las radios gruperas locales, pero fue hasta noviembre de ese año cuando “agarraron” más fuerza gracias al tema “Dime algo bonito”, una balada romántica y melancólica de Jacinto y que de inmediato fue aceptada por el público de afición grupera, al menos en Guaymas. Esta canción resultó un éxito entre los porteños mucho más por encima de “Si Dios me lleva con él”. En enero de 1999 compré este primer disco en formato cassete, el cual quedó conformado por doce tema, la mitad autoría de los dos hermanos Mendívil y algunos fueron covers en décadas pasadas. De las canciones que mas me gustaron de este disco fueron precisamente “Si Dios me lleva con él”, “La cenicienta”, “Dime algo bonito” y “Te quiero”, e incluyendo los siguientes ritmos: 3 baladas, 4 rancheras, un bolero, una norteña, dos baladas rítmicas y un bolero rítmico. Del total de las canciones, Jacinto sólo interpretó una, “Se ve en otro rostro”.

Durante el primer trimestre de 1999, Los Mendívil lograron alcanzar su consolidación regional con el tema “Te amo y te amaré” (otra balada romántica de Pancho Barraza) que rápidamente se convirtió en un éxito radial, homónima del mismo disco del que se desprendió como promoción. Era así como este grupo ya alcanzaba relevancia en el norte de Sinaloa y casi todo Sonora. Sin temor a equivocarme esta es la canción más representativa del grupo. Cuando compré este disco en forma cassete a finales de abril de ese año, me di cuenta que su año edición era 1998, lo que daba a entender que se había retrasado, quizás por haber existido al principio cierta desconfianza de que el grupo no “pegaría”.

De este disco las canciones que mas me gustaron fueron “Te amo y te amaré” (balada), “Mujer ladina” (ranchera), “Bendito mal” (balada), “Suegra” (balada) y “Hace un año” (polka); huelga resaltar que por primera vez incluyeron una cumbia tipo tropical en su repertorio, titulada “Nunca lo sepas” interpretada por Jacinto así como “Ayer sin los niños” (balada). Más adelante se promocionaron “Suegra” y el bolero “Te voy a hacer el amor”, una canción medio “locachona”. Por cierto, la imagen de este texto es ilustrada por la portada de dicho disco.

Al fin principio, mucha gente creyó que El Grupo Libra había cambiado de nombre, pues como lo dije al principio Jacinto y Sergio habían pertenecido a aquél grupo. Sin embargo eso no fue así, ya que Libra siguió grabando discos de manera anual para los años de 1997, 1998, 1999 y 2000. Debo aclarar que Jacinto dejó a Libra después del disco Líbrame (1995) para encabezar una agrupación diferente y que quizás lo haya hecho a raíz de este disco, en el cual su hermano Sergio grabó la canción “Te ruego porque te quiero” bajo un estilo norteño nunca antes probado en Libra. Sergio se mantuvo un año más en ese grupo no sin antes de hacer un exitazo el tema “Un amor diferente” (otra canción de Pancho Barraza) durante el primer semestre de 1996, y que al parecer todo seguiría igual, a pesar de la salida de Jacinto. El grupo Los Mendívil se llamó así más por los hermanos Jacinto y Sergio, ya que el resto de los integrantes no tenían ningún vínculo familiar con ese apellido como tiempo después lo supe.

Hay un suceso que deseo comentar sobre este grupo. El primer sábado de septiembre de 1999 (recuerdo muy bien) Los Mendívil asistieron al programa Furia Grupera de Telemax en Hermosillo, para cantar en vivo dos rolas, “Suegra” y “Te voy a hacer el amor”. Este programa lo alcancé a ver de pura “chiripa” pues le estaba cambiando de canal al televisor, y Carlos Catalán era el conductor del programa y entrevistó a Sergio por lo que me enteré que él era el vocalista principal, pues no estaba seguro si era Jacinto o Sergio. En ese tiempo no reconocía este último en las primeras dos portadas del grupo, pues portaba un sombrero y se había dejado crecer el bigote. En ese programa, ellos dijeron que estaban cumpliendo dos años de vida musical (por lo que se comprobaba mi hipótesis), y que su presentación en Furia Grupera era parte de su promoción regional.

Todavía en agosto de aquel año, de manera inesperada salió su tercer disco titulado Puras Rancheras con doce temas y la mayoría covers del año del caldo, y que ninguna de estas habían aparecido en sus dos primeros discos. Sólo dos eran inéditas, una de Jacinto y otra de su padre, Juan Mendívil. Este disco no tuvo mucha propaganda que los dos anteriores, pero la canción que tuvo más fuerza fue “Qué manera de perder” de don Cuco Sánchez en abril del año 2000. Las canciones que más me gustaron de este disco fueron “Por esa calle vive”, “Cartas marcadas”, “Cuatro milpas”, “El capiro” y “Te he de querer”. Hay algo “digno” de rescatar de Los Mendívil, fue el hecho que nunca filmaron algún videoclip para promocionar sus canciones. Algo extraño, ya que había otros artistas como Pancho Barraza que también pertenecía a la disquera Balboa Records y éste sí filmó algunos videoclips.

En agosto de aquel año, Los Mendívil estrenaron nuevo disco titulado Las Huellas, también con doce temas; algunos covers y otro más inéditos. Este fue el último material que contó con formato en cassete. Un hecho a resaltar es que se incluyó una canción cristiana titulada igual como el disco, de Jacinto la cual es muy bonita por la letra y que bien vale la pena escucharla, algo que no es común entre los gruperos. Sorpresivamente, quizás en diciembre sacaron otro disco Puras Rancheras (que debió ser Vol. 2), el cual no tuvo tanta publicidad. Sólo recuerdo una canción que se escuchó en las radios de Hermosillo pero hasta mediados del 2001: “Demasiado tarde” original de Ana Gabriel, ahora interpretada en ritmo ranchero. Algo extraño de este disco, fue que no todas las canciones eran rancheras, que también hubo un bolero y dos baladas. Puedo considerar que este el disco más melancólico del grupo por las dos baladas.

Aproximadamente en octubre de ese 2001, sacaron a la venta su sexto disco Amor mío y que resultó especial por los siguientes aspectos. Aparecía un nuevo vocalista que interpretó la primeras dos canciones del disco: Raúl Camargo, además de Sergio y Jacinto. Me dio la impresión que de alguno de los dos hermanos dejaría la agrupación pues Sergio sólo grabó cinco canciones en este material. También por primera vez aparecían impresos los nombres de cada uno de sus integrantes y su función musical; aparte de los hermanos Mendívil, aparecían dos pares de hermanos: Carlos y Fidel Berrelleza y los hermanos Palafox. Este disco se vino a escuchar con más fuerza en la primera mitad del año 2002, principalmente con el tema “Engáñame” (balada) de Jacinto e interpretado por él mismo.

Extrañamente a mediados de ese 2002, Sergio se estrenaba como solista bajo la etiqueta Sergio Mendívil y sus Huellas para promocionar su primer disco Sólo Tu, casi idéntico al estilo que interpretaba con su hermano, pero lo que lo hacía diferente es que incluía en algunas de sus canciones notas de guitarra eléctrica. Más tarde en octubre, Los Mendívil promocionaban séptimo disco de su historia y primero sin Sergio, el cual no tuvo título alguno (pero que debió titularse “Puras Rancheras Vol. 3” por el ritmo de la mayoría de las canciones). En este disco, apareció un tema de Jacinto y que Sergio grabó en sus primeros años en El Grupo Libra, “Vuelve cariño” como balada en aquel entonces, y que ahora era una ranchera. La verdad este disco resultó un fracaso y no tuvo el éxito esperado, quizás en gran parte a la salida de Sergio, quien poco a poco le estaba “robándole” aficionados a su hermano.

En el 2003 Los Mendívil sacaban su penúltimo disco y último bajo la disquera Balboa Records, titulado El amor de mi vida nombre de la misma canción que se promocionó en las radios gruperas, y que es original del español Camilo Blanes (o Sesto) en una muy bonita balada. Este material sólo incluyó diez temas y no tuvo mucha tanta fuerza como los primeros. En el 2005, salió la última obra musical de este grupo grupero-norteño bajo el nombre Brinden por mí y que resultó sui generis por varios motivos. No se incluyó alguna fotografía del grupo, fue producido por una disquera desconocida (algo chafona) y se cambió el logo distintivo del grupo. Al parecer todos aquellos integrantes que iniciaron con los hermanos Mendívil, ya no estuvieron presentes en este disco, y quizás también Jacinto fue el único que interpretó los doce temas, la mayoría covers de artistas de los años 70 y 80. En la lista de los créditos, aparece el nombre de varias personas de apellido Mendívil que colaboraron con este disco (entre hermanos y primos), y que la verdad yo no escuché ninguna canción en alguna estación de música grupera, por lo que fue un fracaso también.

Fue así como un grupo musical que había alcanzado un éxito en un tiempo relativamente corto y sin mucha publicidad en la región media del Noroeste de México, se despedía del contexto grupero para siempre y que ahora sus canciones más representativas quedaran como un testigo fiel de al menos 5 años productivos (1997-2002), ya que el tiempo restante (2003-2005) fue decadencia y final. Con lo que respecta al caso de Sergio Mendívil, esa es otra historia musical que debe contarse aparte y que al parecer, también se ha retirado en definitiva de la música grupera pues no se ha vuelto a escuchar dr nuevo.

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Friday, October 16, 2009

Conciliación y discordia en la Sonora revolucionaria. La disputa por la elección al gobierno del Estado, mayo de 1917



Por Eduardo Marcos

El día 29 de marzo de 1917 el entonces gobernador provisional Adolfo De la Huerta, a través del Decreto número 90 convocaba a los sonorenses a participar en las elecciones para poderes locales con carácter de extraordinarias entre otros, al cargo de gobernador constitucional, y que la fecha de votación quedó fijada para el domingo 13 de mayo siguiente. Después de casi seis años, en Sonora nuevamente se disputaba una elección a gobernador, pues la precedente aconteció en julio de 1911 cuando resultó gobernador electo el hacendado guaymense, José María Maytorena (1911-1915).

Este decreto quedó integrado por siete artículos y uno de carácter transitorio, en los cuales se especificaban los requisitos para ser candidato a cada uno de los cargos. Los artículos 3 y 4 son los que hacen referencia para el de gobernador constitucional
[1]. Sin embargo, el Decreto número 90 no fue el documento que consolidó la propuesta para éstas elecciones; ya que en ese mismo día el gobernador provisional también expidió el Decreto número 91 que se refería a una nueva Ley Electoral, que fue publicada en el Boletín Oficial del gobierno estatal[2]. Está ley resultó sui generis debido que no fue estructurada por un congreso en funciones, de ahí que su nombre no incluya el término “Orgánica” como sus antecesoras que fueron formuladas por los congresos de su tiempo. Además de ser transitoria y extraordinaria, quedó compuesta por siete amplios capítulos con un total de setenta y seis artículos.

¿Quiénes fueron los hombres que de manera formal contendieron por el gobierno local? De acuerdo con la historiografía local, dos “militares” del partido constitucionalista triunfante fueron los que contendieron formalmente por la gubernatura, uno de ellos fue Plutarco Elías Calles, figura más política que militar durante esos años a nivel local; y el otro fue José Juan Obregón Salido, originario de Álamos y hermano mayor de Álvaro Obregón, el “Caudillo de Huatabampo”, quien hasta ese momento no tenía mayor mérito en lo militar que haber apoyado la causa constitucionalista desde 1913. Al parecer, esta lista oficial fue determinada por el Carranza, pues eran los únicos que debían ganar.

Calles tuvo sus orígenes como empleado público durante el régimen porfirista al desempeñar varios cargos, como el de profesor en el Colegio de Sonora, y ser empleado en la tesorería del Ayuntamiento de Guaymas gracias a las relaciones de un tío, Alejandro Elías quien a su vez era amigo del entonces Secretario de Gobierno, Alberto Cubillas (Aguilar 1997, 242). Más adelante, aprovechando la coyuntura de la crisis del régimen porfirista, se unió al maderismo y ser nombrado después comisario de Agua Prieta en 1911. Después se declaró partidario del carrancismo al desconocer a Huerta como presidente.

Empezó a figurar en la política local en 1913, al representar una oposición radical por el regreso de Maytorena y después tomar partido a favor del Primer Jefe durante el desconocimiento de aquél y su alianza con Francisco Villa. A lo largo de la revisión bibliográfica hecha, su único mérito como estratega militar fue la defensa del sitio de Naco y Agua Prieta en 1915, tiempo en el cual fue nombrado por Carranza como Comandante Militar constitucionalista en Sonora. Después recibió el nombramiento de “gobernador provisional”, cargo que desempeñó entre el 4 de agosto de 1915 y el 19 de mayo de 1916, cuando fue sustituido por Adolfo De la Huerta, para que se dedicara exclusivamente a funciones militares (Radding 1985: 305-306). En enero de 1917 el guaymense anunciaba su candidatura a la gubernatura (Buchenau 2007, 71-72).

Por lo que respecta a J. J. Obregón, su historial como funcionario público era menor comparado con el de Calles. Se podría considerar que era la “sombra política” de su hermano menor, pero contaba con el apoyo de importantes hombres de poder económico como Juan R. Platt e Ignacio L. Almada, también originarios de Álamos. En esa población J. J. Obregón contaba con muchos simpatizantes, pero pocos en el resto de la entidad (Rivera 1981, 436). Son pocos y ambiguos los datos biográficos que existen sobre su persona, desde el punto de vista de historiadores románticos y revisionistas. Pero el elemento más representativo de esta familia era Álvaro Obregón, debido a su brillante trayectoria ganada como estratega militar.

Un elemento que resalta respecto de la elección para gobernador en comparación con los otros cargos en disputa, es que el número de candidatos propuestos fueron éstos dos según la búsqueda archivística realizada. Ambos eran miembros de familias de mucho arraigo y de cierto poder económico y social en el estado: los Elías, ubicados en el norte (Arizpe) y de ascendencia ibérica, en donde sus primeros miembros se dedicaron a la ganadería y comercio a gran escala. Los Obregón en el sur del estado (valle del Mayo), era una familia que después de la segunda mitad del siglo XIX empezó a ascender entre las familias más pudientes, alcanzando el clímax durante el periodo final del porfirismo en Sonora, sobresaliendo principalmente en la agricultura mecanizada y comercial (producción de garbanzo).

Sin embargo, se debe considerar que Calles no fue hijo legítimo de la familia Elías y que tuvo que construir con esfuerzos, primero su carrera política-administrativa durante el régimen porfirista y después la militar en el periodo preconstitucionalista. En contraparte, J. J. Obregón sí heredó ese patrimonio inmaterial de su familia por ser “hijo de sangre”, y aprovechó las relaciones que su hermano menor había adquirido hasta entonces en los escenarios local y nacional.

Se puede advertir que existió un enfrentamiento indirecto entre ambos candidatos, desde varias aristas: pertenecían a dos fuerzas políticas opuestas (callismo versus obregonismo), de regiones geográficas al interior de Sonora (el norte versus sur) y de poder económico basado en actividades productivas (ganadería versus agricultura) por jefes militares que emergieron del régimen triunfante (carrancista-constitucionalista) entre 1913 y 1916. De ahí que el proceso electoral pueda considerarse como un escenario de combate entre dos fuerzas políticas, que años más tarde se definirían abiertamente como antagónicas en el contexto de la política nacional, a pesar que tanto Álvaro Obregón como Calles mantuvieron una “buena relación cordial”, aunque no que sus principales partidarios, no.

No ha sido posible determinar con exactitud si el Primer Jefe mostró preferencia por alguno de los dos candidatos, o si de antemano había expresado su interés porque el guaymense fuera el nuevo gobernador, tomando esta elección como un parámetro para medir su nivel de popularidad, y que J. J. Obregón haya sido simplemente un “candidato de relleno” para que la contienda electoral fuera vista lo más posible como “competitiva”.

Apenas concluía el mes de enero de 1917 y lejos aún de toda formalidad electoral por parte del gobierno estatal, se empezaron a publicar una serie de panfletos que alababan la figura de Calles como “líder revolucionario”, el cual debía ser elegido para guiar los destinos del estado a partir de mayo de ese año. El choque de dos fuerzas políticas entre miembros del movimiento constitucionalista, dio lugar a una numerosa información impresa a favor o en contra de los candidatos, pero con más documentación a favor del guaymense que era “dibujado” como un “revolucionario radical” y J. J. Obregón como un “conservador cientificista” porfirista que oportunamente había sacado provecho de la popularidad de su hermano para aspirar a un importante cargo público.

A pesar toda la propaganda a su favor, Calles se perfilaba como el vencedor debido a las obras socioeconómicas realizadas como gobernador provisional, además de contar con la simpatía del gobierno estatal encabezado por De la Huerta. Finalmente, después de aproximadamente cuarenta y cinco días de “campaña oficial”, llegó el día de la votación. El domingo 13 de mayo los sonorenses en calidad para votar, asistieron a las urnas a emitir su voto, no sólo para el cargo de gobernador constitucional, sino también a los puestos públicos: Diputados Locales, Procurador General de Justicia y Magistrados al Supremo Tribunal de Justicia.

Según la historiografía local, ésta señala que Calles resultó vencedor en los comicios a gobernador, pero sin mencionarse bajo qué porcentajes de votos. De acuerdo con fuentes oficiales de la época, el guaymense contabilizó en números cerrados el 76% total de los votos, mientras que su rival obtuvo el 24%. Su triunfo fue inobjetable, ya que superó a su rival con más del 200% de votos en ventaja directa y que entre ambos captaron el 99.00 % de los mismos.

Su triunfo electoral de Calles fue ratificado de manera oficial el 25 de junio siguiente mediante un oficio del congreso local que lo declaraba como gobernador en el tiempo que faltaba para completar el periodo constitucional del primero de septiembre de 1915 al 31 de agosto de 1919
[3], del cual sólo le correspondieron los dos últimos años (1917-1919) con el fin de respetar la periodicidad del cuatrienio. El guaymense rindió protesta de ley ante el congreso local cuatro días después (29 de junio) recibiendo el gobierno local a manos De la Huerta, para que al día siguiente hiciera efectivo el artículo 2º del Decreto número 90. Con esto Sonora después de poco más de cuatro años, entraba al nuevo orden constitucional que el presidente Carranza había prometido en los postulados del Plan de Guadalupe de 1913.


[1] Archivo General del Estado de Sonora (AGES), Fondo Ejecutivo (FE), Tomo 3131, Expediente 1, “Decreto número 90 expedido por el gobernador provisional Adolfo De la Huerta”, Hermosillo, Son., 29 de marzo de 1917, s/f.
[2] “Decreto número 91. Ley Electoral del Estado de Sonora, expedida por el gobernador provisional Adolfo de la Huerta”, Hermosillo, Son., 29 de marzo de 1917. Boletín Oficial, Tomo IV, número 19, 7 de abril de 1917.
[3] AGES, FE, Tomo 3129, s/Exp, “Oficio expedido por el Congreso del Estado de Sonora, que decreta el triunfo de los candidatos a los poderes locales”, Hermosillo, Son., 25 de junio de 1917, s/f.

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Friday, October 02, 2009

2 de octubre del 2005. México campeón Mundial Sub-17 en Perú




“Porque es mejor recordar fechas agradables y no trágicas”

Por Eduardo Marcos

Hola un saludo especial a toda la comunidad futbolera en México. Hoy es un día especial, pues se cumplen cuatros de uno de los grandes sucesos futboleros para nuestro país: me refiero al título mundial de la Selección Nacional en el Mundial Sub-17 celebrado en Perú, entre septiembre y octubre del año 2005. En aquel 2 de octubre, esa selección concretaba uno sueño casi imposible de conseguir, ser campeona del mundo cuando vencieron con un contundente 3-0 a su similar de Brasil, que para mí siempre es y será la máxima potencia deportiva en este deporte, ya sea en cualquier rama y categoría. En aquel día, los brasileños bailaron “jarabe tapatío” y ellos no nos hicieron bailar samba.

Recuerdo muy bien ese día, era un domingo por la tarde (como las 5:00 p.m. tiempo del centro de Sonora) cuando un grupo de jóvenes mexicanos saltaban a la cancha del Estadio Nacional de Lima a jugarle al tú por tú a los cariocas, demostrando un alto nivel... Esos niños tenían hambre de GLORIA, de ganar, de sobresalir y dieron la sorpresa para todo el mundo, pues no eran favoritos para ser campeones desde el principio. Los nombres de Giovanni Dos Santos, Carlos Vela, Sergio Arias, Héctor Moreno, Efraín Juárez, Patricio Araujo, César Villaluz, Héctor Moreno y otros más bajo el mando de Jesús "Chucho" Ramírez, escribieron una de las páginas más brillantes de la historia del futbol mexicano.

Aquella selección partió de México con muchas ilusiones de querer trascender y superar lo que habían hecho en el pasado otras selecciones de esta categoría. “Chucho” Ramírez y sus jugadores tenían en mente en ganar y ser campeones mundiales, aunque el resto de nosotros dijéramos en silencio, “va a pasar la misma historia de siempre”. Iniciaron su camino con una victoria de 2-0 sobre Uruguay en pleno 16 de septiembre; después vencieron con un cómodo 3-0 a Australia, resultado que les aseguraba su boleto a la fase de cuartos de final. Para el tercer y último juego de esta fase grupal contra Turquía, perdieron 2-1 con gol de último minuto de los asiáticos y porque “Chucho” Ramírez prefirió dar descanso a varios de los titulares. Este resultado, hizo que los tricolores ocuparan la segunda posición y que los turcos terminaran con marca perfecta con tres victorias en igual número de juegos. De hecho, esta selección de Turquía era considerada como una de las favoritas para ser campeona, porque al parecer (si mal no recuerdo) era la campeona de Europa en dicha categoría.

En la ronda de cuartos de final, México se enfrentó a un clásico rival de la zona “concafkiana”, Costa Rica, que en teoría era un rival de menor calibre a los que había enfrentado en la primera fase. Sin embargo, los centroamericanos tenían la ventaja que ya conocían el estilo de juego de los aztecas pues se habían enfrentado en el breve proceso eliminatorio de ese mismo año, y esa situación supieron aprovecharla bien… al principio. Recuerdo muy bien que los ticos eran los que tomaron la ventaja en el marcador hasta en el segundo tiempo con un autogol, pero a un minuto del final el Tricolor logró el empate, producto también de un desvío de un defensa tico. Este resultado promovió la disputa de tiempos extras, etapa en la cual los “niños” de Ramírez ahora sí impusieron sus condiciones para ganar con un 3-1.

Hubiera sido un terrible fracaso para el futbol mexicano si hubiera perdido ante Costa Rica, después de haber tenido una buena primera fase. En semifinales, México enfrentó a una potencia europea, Holanda, quien en la etapa anterior había superado a una selección africana sin problemas. Fue aquí en donde muchos aficionados futboleros mexicanos, aseguraban que hasta ahí llegaba el sueño del Tricolor, pues los europeos en categorías menores son muy fuertes, sobre todos los holandeses que manejan muy bien fuerzas básicas. La historia fue otra a la que muchos no imaginamos: México aplastó 4-0 a Holanda, en gran medida a un futbol vertical, veloz y con llegadas de primera intención al área enemiga, destacándose en ese juego Villaluz con dos goles. Al final de ese juego, los “Niños Héroes” celebraron como si ya hubiesen ganado el título mundial, pero para falta dar ese paso.

A partir de ese momento, toda la prensa deportiva nacional se enfocó sobre este Mundial y la selección al enviar reporteros para que informaran de manera directa de lo que pasaría en la final ante otro favorito, Brasil. Llegó el domingo 2 de octubre y las dos televisoras del país, Televisa y Tv Azteca, transmitieron el juego. Yo vi la final por la primera televisora, y Raúl Orvañanos fue uno de los comentaristas. Ya para estas alturas, había tres jugadores nacionales que se consolidaban como figuras del torneo: Villaluz, Vela y Dos Santos, éste último llamaba mucho la atención: era hijo de un futbolista brasileño de nombre “Cizihno” que jugó en México en los años ochenta, y por sus rasgos físicos más bien parecía un jugador “pirateado” al Scrath Du Oro. Pero no, “Gio” nació en Monterrey, Nuevo León, y por lo tanto tenía derecho a jugar con el representativo nacional.

De Brasil, siempre será un candidato natural para ganar cualquier evento futbolero en el que se paré, y esa vez no era la excepción. Antes que cayera el primer gol del Tricolor por obra de Vela, los brasileños tuvieron cerca de abrir primero el marcador. Primero un balón cobrado en tiro libre directo que pegó en el travesaño defendido por Arias y luego por una ataja hecha por el mismo portero. Había un jugador brasileño que también me llamó mucho la atención, su nombre era Ramón (así sin apellidos), ya que eran uno de los goleadores más fructíferos del torneo y porque su físico era muy similar a la de su compatriota “Ronaldhino” por su cabellera, la otrora gran figura de la selección mayor de Brasil y del FC Barcelona de España de ese momento. Me dio la impresión que Ramón estaba imitándolo.

Después cayó el segundo gol mexicano, que fue producto de un riflazo hecho fuera del área grande que sorprendió al portero brasileño, fue obra de Omar Esparza casi después del de Villaluz. Para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho; los brasileños intentaron recortar distancias, pero no podían. Hasta que ya cerca del final, en una jugada de contraataque Ever Guzmán, delantero que entraba de cambio, hizo un gol hecho a base de riñones pues le hicieron una falta que meritaba penal y quizás tarjeta roja. Aun así, él insistió hasta que después de muchos amagues al portero concreto el 3-0 definitivo.

En cuanto silbó el árbitro, toda la banca y el técnico Ramírez celebraron a todo pulmón. Carlos Vela fue nombrado “campeón goleador” del Mundial al conseguir cinco goles. “Pato” Araujo recibió el trofeo que los acreditaba como campeones mundial (un trofeo que en lo personal no me gusta porque es muy chico y sin mucho chiste) de parte del suizo Joseph Blatter, presidente de la FIFA. Giovani Dos Santos, fue nombrado como el segundo mejor del torneo.

A pesar que ya han pasado cuatro años de aquel logro histórico para el futbol mexicano, muchos esperábamos que la mayoría de esa “Generación Dorada”, fueran la sangre nueva para la selección mayor en los meses previos a la Copa Mundial de Sudáfrica 2010. Sólo Vela, “Gio”, Moreno y Juárez, se ven como lo más fuertes candidatos a estar presente en la justa mundialista del próximo año. La mayoría no ha trascendido y otros más se han ido apagando, ya sea por poca continuidad o baja de juego. Hoy “Chucho” Ramírez ya no es director técnico de ninguna selección nacional de edades menores, sino del controvertido Club América de la primera división mexicana.

Y aunque hoy es 2 de octubre muchos recuerdan ese evento deportivo por la hazaña que hicieron nuestros entonces “Niños Héroes", hay otros muchos más que recuerdan esta fecha por lo que pasó en 1968 en el D. F. por los sucesos previos al inicio de los Juegos Olímpicos donde hubo un desmadre. Yo prefiero mejor recordar momentos felices como el 2 de octubre del 2005, aunque muchos no estén de acuerdo conmigo o me critiquen. Pero lo que sí es cierto, a nadie que haya nacido después de 1968 le consta lo que pasó realmente, ya que existen muchas “verdades” e historias sobre lo mismo, y cada grupo manipula lo que desea. Y lo mismo pasa siempre en este día, cuando en la capital nacional cientos de porros, realizan marchas nomás para rayar, dañar o hacer desmadres a propiedades públicas o privadas, como unos verdaderos vándalos.

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